Sentado frente a mi bourbon, en la barra de mi bar de siempre, supe que pasaría la noche con aquella desconocida de mirada insinuante y boca carnosa.
El plan que ella tenía preparado era algo más breve.
Se acercó hasta mi susurrándome al oído un sígueme de esos que no se responden con palabras.
Me introdujo en el baño de las mujeres, creo, y allí mismo en uno de los cubículos contra la pared del excusado me echó un polvo de antología sin mediar una sola palabra. Una vez se subió las bragas me dijo:
—Espero que pagues mi cuenta, me lo he ganado.
Salió de allí triunfante. Yo dando tumbos y aún aturdido me dirigí a la barra preguntándole al camarero:
—¿Recuerdas la señorita que estaba a mi lado hace un momento? Quiero pagar su cuenta.
—¿Estás seguro? —Fue su respuesta con ojos de no sabes lo que vas a hacer.
—Haz lo que te he dicho— Me reafirmé sacando mi lado de macho.
—Tú sabrás.
Ha sido el bourbon más caro de mi vida y que con más placer he pagado.
Galiana
¿pues qué tanto le pagó? jaja
Me gustó tu relato.
Me gustaMe gusta
Muchas gracias, 💕
Me gustaMe gusta