Desde hoy comienzo esta nueva sección. Pretendo tener una cita contigo todos los martes.

Mismo sitio, misma hora.

El affaire

Soy tan misterioso que podría ser un personaje de Agatha Christie, incluso ella misma si no fuera porque soy hombre. La dama escribía misterios con una facilidad pasmosa, tal vez porque ella era un enigma andante, de ahí la facilidad para inventar tramas complejas para mentes como Poirot o Miss Marple.

Al misterio que envuelve mi vida le puedes añadir algo, o mucho, de suspense, hasta tal punto es la cosa que he llegado a pensar muy seriamente que debo ser descendiente directo de Alfred Hitchcock. No me atrevería a dirigir película alguna, y menos de ese tipo. La razón es sencilla, lo de mandar no es lo mío ya que si no sé controlar mi vida cómo voy a meterme en algún asunto así.

Un misterio con dosis de suspense es fácil convertirlo en un enigma, pues sí, enigmático soy un rato largo. Puesto a puntualizar no sabría decirte si matemático, físico o químico porque lo mío nunca fueron las ciencias, aunque algún que otro científico he conocido de cerca que me ha hecho replantearme si la vida es solo ciencia.

Creo que te estoy haciendo un descomunal lío por lo que he decidido simplificar. Con que sepas que soy pura introspección ya debería valerte, pero eso es tanto como no decirte nada. Ahora te invito a recrearte en los pliegues de mi endemoniado ombligo como forma de evadirte de todo y de todos.

Para ser un tipo poco dado a la palabra tal vez me estoy excediendo en la misma, pero, ya sabes, todos hacemos alguna que otra locura en la vida.

Mi locura no es escribir como la novelista inglesa de misterio, ni hacer cine como el director británico, ni declararme abanderado de la ciencia, lo mío es mucho más sencillo, se reduce a tener un affaire contigo.

Galiana