La llamada “Ley del sí es sí” de la que tan orgullosa se siente cierto sector feminista es un completo y total retraso para las mujeres.
No estoy loca, pude comprobarlo in situ hace unos días cuando me senté en un parque, algo que suelo hacer con frecuencia para leer.
Allí había un par de madres jóvenes con sus respectivos hijos. Una de ellas tenía una niña de unos cuatro o cinco años, calculé. La otra un par de chicos, uno de ellos parecía de la misma edad que la cría, al otro se le veía algo más pequeño. Todos jugaban juntos, la niña y el menor de los hermanos sentados cada uno sobre un columpio mientras el mayor les empujaba a ambos. En un momento dado sólo lo hizo con su hermano. La pequeña se bajó y empezó a gritarle y pegarle durante un rato. El crío intentó hablar con ella hasta que le dio una fuerte empellón. Las madres, que se habían mantenido al margen, intervinieron diciéndole al niño que no se pega a las niñas, agregando que a las mujeres se nos protege.
Según estaba escuchándolas el cuerpo se me estaba revolviendo.
A aquel niño le estaban educando como en tiempos pretéritos y a aquella niña le estaban diciendo que nosotras necesitamos la protección de un hombre.
La “Ley del sí es sí” dará lugar a situaciones como estas que pueden parecer anecdóticas, ridículas e incluso infantiles. ¡Cuidado!
En la familia ya se está educando a los menores en el sentido de que las niñas pueden empujar o pegar a un niño cuando quieran y éstos tienen que aguantar porque son los malos del cuento. También que ellas siempre tienen que buscar su protección porque son incapaces de defenderse solitas.
Es muy triste que tras años de lucha del feminismo para conseguir la igualdad de derechos y libertades entre los hombres y mujeres se haya aprobado una ley donde hayamos retrocedido en todo esto.
Desde el Gobierno se nos ha hecho un flaco favor a las mujeres volviéndonos a decir que necesitamos ser especialmente protegidas porque no podemos defendernos solitas.
Además, para ponernos en valor, esta ley suprime la presunción de inocencia de los hombres convirtiéndoles en presuntamente culpables de todo.
No comulgo con la “Ley del sí es sí”, no me vale como ejemplo de feminismo e igualdad entre hombres y mujeres, ni con muchas de las aberraciones legales claramente contrarias a la Constitución del 78 que en ella aparecen.
Galiana
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Tengo entendido que la ley es del NO ES NO.
La interpretación de las leyes, que debe ser jurídica como bien común, es reinterpretada por la sociedad. No siempre con la debida atención para no tergiversarla, a comodidad. El ejemplo NO es ejemplo de nada que diga la Ley ni que sirva para educar equivocadamente y en pretérito. Saludos
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Respecto del «No es no» que comentas con tanto acierto. En algunas guarderías se les dice a los menores la frase. Éstos, críos de menos de 6 años, no comprenden bien el significado. Resultado final, desobedecen a sus progenitores cuando éstos le dan una orden esgrimiendo la frase tal y como la han aprendido en la guardería.
El cacao en la cabeza de los menores es descomunal.
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Montero, su ministerio de Igualdad y el feminismo supremacista de nueva ola están arrastrando por el fango toda la justa lucha de las mujeres que las hizo avanzar en Occidente en derechos.
Con sus extremismos absurdos van a desatar por reacción una misoginia terrible e injustificada, pero apropiándose Montero y sus secuaces de la etiqueta del feminismo lo están distorsionando y desprestigiando. Es triste e indigno, pero es así.
Ánimo, Galiana, aún hay oportunidades de ganar espacios para la razón.
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Cuando se promulgó la ley de violencia de género yo dije que no solucionaría el problema que teníamos tal y como la ley estaba redactada. Vaticine que lo incrementaría, los hechos desgraciadamente me han dado la razón.
La nueva ley que han sacado las neofeministas incrementará la guerra de sexos, ni siquiera me atrevo a pensar en cuánto más aumentará la fractura entre los hombres y las mujeres.
Vienen tiempos muy oscuros.
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