Las peregrinaciones de la Ministra Báñez al Rocío, las mantillas y rosarios en las cabezas y en las manos de Cospedal y Sáenz de Santamaría, la medalla concedida por el Gobierno a la “Pilarica”, han debido obrar el milagrito y por fin a Rajoy y los suyos Dios le ha venido a ver en forma de renuncia; justo cuando se encuentran en medio del huracán Bárcenas, las más que comprometedoras Declaraciones de la Renta del Presidente del Gobierno, el despido del “funcionario” Jesús Sepúlveda del PP y los pagos de salarios en B del Vicepresidente de la CEOE y mano derecha de Aguirre.

Mientras Benedicto XVI le deja claro a Rajoy que el verbo dimitir se puede conjugar hasta como representante de Dios en la Tierra, al menos eso dicen quienes pertenecen a la Iglesia Católica que simboliza la figura del Papa, y dado que nosotros la única religión que abrazamos es la del descreimiento más absoluto, volvemos a los temas terrenales porque entendemos que los asuntos de Dios son de Dios y los nuestros consisten en padecer con este PP nuestro de cada día y todo aquel que de un modo u otro se relaciona con el mismo.

En medio de la polvareda que levanta la renuncia del Papa no podemos dejar de pensar en cómo en el PP deben leer mucho a Mario Puzo, pero lo que se dice poner en práctica sus teorías lo hacen rematadamente mal.

De todos es sabido cómo soluciona la Mafia los problemas que solo competen a “la Familia”, cuando no interesa que tal clan o tal otro sigan perteneciendo a la misma aparece eso de “haz que parezca un accidente”.

A nadie se le escapa que por encima de Bárcenas, la Gürtell, y Arturo Fernández, y a pesar del famoso Congreso de Valencia, ése que organizara un tal Camps, las guerras entre familias nunca dejarin de existir. Que todos estos personajes que tanto tienen que decir o que callar, según se mire, no son más que los instrumentos que tanto unos como otros utilizan para escalar a como dé lugar dentro del partido, y que quien más, quien menos, tiene muchas ganas de varear las alfombras del otro mientras se dedica a esconder sus propios muertos dentro del armario.

Llegados a este punto toca recapitular porque con tanto personaje nos perdemos en el submundo de los bajos fondos de Génova 13.

Por un lado tenemos unos documentos, sobre cuya veracidad de momento no se han pronunciado los Tribunales de Justicia, pero que algunos como Pío García Escudero reconocen por ciertos los pagos en ellos reflejados, sobre una supuesta contabilidad B del PP que afecta a toda su cúpula; en esos documentos no aparecen ni Aguirre ni Gallardón, aunque a este último el Caso Nóos y la candidatura de Madrid 2016 le están empezando a salpicar más de lo que a él le gustaría.

Por otro lado tenemos al Patrón de los empresarios madrileños, favorecido por varios contratos con la Comunidad de Madrid, entonces presidida por Esperanza Aguirre, que parece saber cómo se manejan tanto los ingresos como los pagos en B mucho mejor de lo que quiere hacernos creer.

La guerra entre Aguirristas y Rajoyistas no es un secreto a voces, pero para aceptarla como tal debemos obviar que la primera dice haberse ido y el segundo es más que un cadáver político.

Acerca de cómo el PP, con su borrachera de poder y por el poder, está dejando el país está en consonancia con lo de no entender bien eso de “haz que parezca un accidente”. Lástima que la renuncia del Papa no vaya a ser un ejemplo a seguir por ninguno de los que están demostrando hacer uso y abuso del poder que le dieron las urnas.

Galiana