Acaba otra semana densa, crispante, llena de villanos y de villanías, donde en lugar de costuras fuertes hemos descubierto que nuestros sistema democrático, Institucional e incluso de valores “está cogido con alfileres”.

El tema Bankia desprende un hedor tan insoportable que Anticorrupción ya ha percibido la pestilencia por lo que se ha visto obligada a abrir investigaciones en la raíz de todo, vamos que ha puesto en tela de juicio que la fusión entre Bancaja, Caja Madrid y otras cinco entidades se hiciera con la transparencia debida, que en todo este chanchullo supuestamente pudo haber falsedad documental junto a algún que otro delito contable así como estafa y apropiación indebida. En resumen todo muy embrollado y ahora que la entidad crediticia ha caído sale a la luz lo que se escondió bajo la alfombra. Conviene recordar, para los desmemoriados, que la dichosa fusión desató en su momento una guerra interna en el PP y ahora quien más quien menos ahora quiere salvar su culo porque las salpicaduras pueden llegar muy lejos y muy alto.

A medida que pasan los días y ante el cumulo de escándalos y corruptelas mil que se destapan a diario en este país lo que le interesa al Gobierno es conjugar el verbo tapar y para eso hay que tocar “todos los palos”, sacar los trapos sucios de todas las Instituciones sin importar quién o qué pueda caer.

Este juego de enlodarlo todo para encubrir “lo de uno” nunca trae nada bueno. Se está creando un caldo de cultivo que en otras épocas donde la gente pecaba con orgullo de analfabetismo y la demanda de información era inexistente no hubiera tenido consecuencias pero a día de hoy, y sin haber abandonado por completo el analfabetismo, eso de tratar de escamotear las verdades con “trapos sucios” es cuanto menos que peligroso porque el personal sabe distinguir a la perfección cuando quienes nos gobiernan se “lo han llevado a manos llenas” para que nosotros paguemos la fiesta.

Por si los asuntillos que copan a diario la crónica de tribunales y de economía en la que se han convertido a tenor de los acontecimientos los medios de comunicación Esperanza Aguirre, a quien siempre le gusta ser la novia en la boda y el niño en el bautizo que escribiera Cecilia, pretende reestructura por completo la Comunidad de Madrid para seguir siendo “la generala” a costa de modificar los estatutos de la Comunidad que preside en tiempos donde lo prioritario sería resolver los problemas de Déficit y de Deuda que tiene en su territorio. Que nadie se lleve las manos a la cabeza porque la lideresa de los populares madrileños no está haciendo más que llamar la atención para que nos olvidemos de Bankia y de lo mucho que ella y sus compañeros de partido tuvieron que ver en lo que va camino de convertirse en la mayor estafa bancaria llevada a cabo en un país con el consentimiento del Gobierno y el resto de partidos políticos.

Disfrutemos en la medida de lo posible del fin de semana porque la que viene nos necesita con “las pilas” cargadas y promete seguir en la línea de las pasadas donde las curvas no solo la pone la Prima de Riesgo, la Bolsa y los Mercados Bursátiles.

Galiana