De siempre hemos sabido que si eres fuerte te conviertes en depredador del que está por debajo de ti en el escalafón y que a su vez éste devorará al inferior así sucesivamente hasta llegar al nivel más bajo. Lo queramos o no es cómo funciona el mundo, incluido el de los humanos, no vayamos a ser tan ignorantes de pensar que solo la depredación funciona entre los animales.
En el mundo los depredadores huelen el miedo por encima de cualquier otra cosa, lamentablemente nuestro Gobierno huele a pánico por mucho que quieran camuflarlo con el pestilente aroma de un elefante muerto.
Vayamos por partes no disparemos ni de forma accidental que luego aparecen los daños colaterales y sus consecuencias.
La Corona por culpa de asunto de la real cacería ha quedado en evidencia y la Casa Real está sola en este aprieto porque el Gobierno no va a salir en su defensa. No va a hacerlo porque cuanto más se airee el asunto más lejos pone el foco informativo de su más que demostrada incapacidad para hacer frente a la que tenemos encima con la expropiación de YPF en Argentina la cual nos complica los temas económicos mucho más que el abatimiento del desdichado paquidermo.
Escuchar el ruido de los ciudadanos sobre abdicación e incluso República a Rajoy le viene como anillo al dedo porque mientras estamos entretenidos en tales menesteres que son graves, no vayamos a negarlo, nos olvidamos del resto de problemas que nos acucian. El Gobierno necesita de un chivo expiatorio, algo o alguien tras lo que esconder su incapacidad y el Rey se lo ha dejado hecho porque mientras los ciudadanos andamos como loco buscando la localización de Botsuana en África nuestra economía es devorada por los Mercados Bursátiles sin ningún miramiento mientras que la Presidenta de Argentina remata la faena con la expropiación de la petrolera YPF asunto que el Ministro Soria presumía de tener encauzado.
El juego de la depredación se ha puesto en marcha, nuestro debilitado Gobierno se parapeta tras la inestabilidad de la Corona lo cual es aprovechado por los Mercado Bursátiles y por los líderes internacionales para atacarnos sin piedad; tras la brutal acometida nuestra economía se encuentra con los estertores propios de la muerte a la espera que la UE nos intervenga regalándonos una hipoteca que condenará a generaciones durante décadas.
Galiana