El negocio de ser plañideras

Teníamos la intención de no caer en el recurrente tema de los muertos y la víctimas que tanto juego dan en este país pero el bombardeo al que nos han sometido desde todos los frentes con el tema de la conmemoración del 11M nos pone los pelos como escarpias porque no entendemos tanto mercadeo con una tragedia que nunca debió suceder.

En nuestra reflexión hemos llegado a la conclusión que en este país nos gusta ir de plañideras recreándonos con un dolor público que llega incluso a rayar en el esperpento más absoluto provocando un repugnante vómito intelectual. Somos tan sumamente patéticos que enarbolamos la bandera de los muertos y las víctimas hasta desprender un nauseabundo olor a podredumbre con la esperanza de conseguir no sabemos muy bien qué y por el camino nos dejamos olvidados la sensibilidad para quienes ya no están, para quienes sufren sus ausencias e incluso quienes sobrellevan como pueden las consecuencias.

Los muertos, los muertos siempre andamos con ellos en la boca, sean quienes sean, o provengan de donde provengan. Hemos llegado a la conclusión que nos apasiona presumir de muertos y para muestra un botón o dos

Los muertos “del 36” sin solución de continuidad los tenemos todos los días sobre la mesa, da igual el tiempo transcurrido o el bando al que pertenezcan todavía son causa pendiente, heridas que no se han cerrado y de forma puntual unos y otros recurren a ellos hasta convertirlos en un negocio del que tratan de aprovecharse políticos, jueces y medios de comunicación.

Los muertos y las víctimas de ETA están tan recientes que tocarlos todavía quema, pero para los especuladores desalmados y aprovechados da lo mismo. Estos personajes usureros de las tragedias ajenas transforman los muertos en moneda de cambio con la que trapichear amparados en un falso luto y un fingido dolor cuya única pretensión es sacar tajada propia apuntándose una medalla de la que no son merecedores en absoluto.

Los muertos, las víctimas del 11M y sus familiares, en nuestro afán por convertirlos en protagonistas de algo diferente lo que los causó les hemos dividió en ciudadanos de primera y de segunda, donde unos no valen lo mismo que otros y hemos hecho de aquella tragedia un aniversario donde solo importa aparentar, autoridades saliendo en la foto con cara de resignación y compungimiento irreal; es una lucha por ver quién gana en una guerra por la notoriedad a costa de algo que nunca debió suceder y a ello contribuyen políticos y medios de comunicación beneficiándose de sensibilidades de una forma torticera.

En cualquiera de estos supuestos los familiares y quienes sufren en sus carnes las consecuencias de las barbarie son manejados, criticados y vilipendiados por quienes quieren hacer negocio a su costa, por quienes impunemente mercadean con su desgracia mientras se llenan la boca de la palabra solidaridad con su dolor.

Basta ya!!!! Deberíamos empezar a plantearnos el dejar el negocio de la “lastimería” dejándonos de falsos llantos y empezar a arremangarnos para ayudar a los que todavía no ha conseguido salir del pozo al que tanta desgracia les condujo.

Galiana

 

Acerca de Galiana

Escritora, creativa
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