Sobrados de amarillismo y faltos de madurez

Todos expectantes porque el Duque de Palma regresa a España de su exilio dorado en Nueva York impuesto por Casa Real para prestar declaración ante el tribunal por el “Caso Palma Arena” y sobre el Instituto Nóos; el morbo y el cotilleo están servidos en los próximos días y el amarillismo lo inundará todo eclipsando y confinando al resto de sucesos a la categoría de naderías cuando deberían tenernos mucho más preocupados.

No seremos nosotros los que digamos si Urdangarín es culpable o no porque no somos jueces ni está en nuestra pretensión serlo, pero lo que si diremos es que nos aterra que la presunción de inocencia de este hombre se haya esfumado, como la de muchos otros, solo porque nos “pone” esto de juzgar “a la gente guapa” una vez le ha sido imputado un delito.

Podríamos plantearnos en lugar de ejercer de jueces otras cuestiones que aún espantan más y es el hecho que todos los días la crónica de tribunales esté llena de corrupciones y abusos de poder por parte de personas que por circunstancias variopintas se permiten el lujo de ir por ahí ejerciendo de Don Vito Corleone con total desfachatez.

Nos importa mucho más el cargo que ocupan o con quien están casados que el hecho en sí, y para demostrarlo somos tan zoquetes que ponemos en marcha el mecanismo del amarillismo tiñéndolo todo con él, obviando que con tanto sin sentido flaco favor hacemos a los tribunales de justicia e incluso a nosotros mismos.

Si Urdangarín es culpable del delito que se le ha imputado será condenado y tendrá que pagar por ello pero dejemos de plantearnos otro tipo de cuestiones porque si de verdad lo que buscamos es reformar nuestros sistema de gobierno no usemos a este hombre como cabeza de turco seamos valientes y pidamos una República sin parapetarnos tras una imputación por un «delito de guante blanco» de un miembro de la Familia Real.

Tanto amarillismo solo puede ser síntoma de una sociedad inmadura que en lugar de mirar los problemas de frente se recrea con las penalidades de “los Capos” para aliviar su frustración porque en el fondo todos llevamos dentro un “Vito Corleone” que no dejamos salir porque las circunstancias no se han dado y nos fastidia enormemente no ser más que unos “pringaos” que obedecen a un chasquido de dedos con la cabeza baja y en total sumisión.

Galiana

Acerca de Galiana

Escritora, creativa
Esta entrada fue publicada en Galiana, La columna de los lunes, Periodismo y etiquetada , , , , , , . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s