En España se masca la tragedia porque para bien o para mal somos de los que hasta que no ocurre una desgracia no reaccionamos, no nos tomamos las cosas en serio, no enfrentamos los problemas de frente, pero tiene que ocurrir una catástrofe para que tomemos decisiones que suelen ser ya a la tremenda y con resultados no tan favorables como deberían.

Las brutales agresiones de la policía en Valencia cargando contra estudiantes puede que sea la gota que colma el vaso, pero mucho nos tememos que dado nuestro carácter hasta que no enterremos a alguien no diremos basta y tanta brutalidad terminará siendo un grano más de arena en un desierto.

Basta ya!!! No es un slogan es una petición porque basta de una vez de apretar las clavijas a unos ciudadanos que no somos culpables de esta crisis pero que la asumimos y la sufrimos con resignación; basta de recortar nuestros derechos, esos que tanto nos ha costado conseguir; basta de no invertir en I+D+I o lo que viene siendo truncar nuestro futuro; basta de no gastar en educación que es tanto como negarles a los que vienen por detrás la posibilidad de ser ciudadanos de primera y no meros borregos serviles; basta de mermar las oportunidades de vivir con un mínimo de dignidad; basta de ser los “paganinis” de “la fiesta” de quienes descontrolaron el gasto y la inversión; tantos y tantos basta pero estamos seguros que el Gobierno no nos escuchará aunque no cejaremos en nuestro empeño de gritarlo una y mil veces.

Convencidos estamos que Rajoy dijo aquello de la huelga general porque eso se la trae al pairo, como muchas otras cosas, y lo que de verdad teme es ver como salimos a la calle no para manifestarnos pacíficamente, como hemos hecho hasta ahora, sino que empecemos nuestra propia “primavera” y las revueltas sociales dejen en pañales a las árabes del pasado año. Una cosa tenemos los españoles, a tranquilos y parsimoniosos no hay quien nos gane pero cuando la galbana deja paso a la actividad el terremoto es imparable; eso bien que lo sabe Rajoy que no en vano estaba por estos lares cuando la transición de la dictadura a la democracia se llevó a cabo en España y no fue tan mansa como nos hicieron creer.

Esperemos que sin tener que vestir de negro una página de nuestro calendario, ni marcar una fecha con un luto indeseado seamos capaces de hacer germinar nuestra propia “primavera” que ya va siendo hora que los ciudadanos tomemos la iniciativa visto que el Gobierno no está por la labor de hacerlo.

Galiana.