Parafraseando el título de la película recientemente ganadora de un Goya, diremos que “No habrá paz para los malvados jóvenes” o al menos no para los estudiantes de Valencia, adolescentes de no más de 18 años que protestaban contra la reforma en la educación pública y la policía considerándoles el enemigo ha cargado contra ellos como si de delincuentes de la peor calaña se tratara.
Para quien avala las tesis que el palo y la zanahoria es lo que necesitan nuestros jóvenes desde este espacio les decimos que de ahí a instalar el No-Do vamos por el camino correcto; pero se les olvida a los que así piensan que vivimos en una democracia no en un estado policial que sirve para avalar el poder de una dictadura.
Los incidentes del I.E.S. Luis Vives de Valencia ponen en evidencia demasiadas carencias importantes de nuestro sistema. No se puede entender las cargas policiales contra menores, algún que otro padre que les apoyaba y algún profesor que está contra la reforma educativa, todos ellos desarmados. Hablamos de personas cuya única arma son sus voces contra los recortes en educación.
Los estudiantes de los institutos públicos son menores y no merecen la saña con la que la policía les está tratando; es inaudito que personas preparadas para proteger el orden público lancen al suelo o contra el aire a críos que apenas levantan dos palmos del suelo como si fueran peligrosos delincuentes porque todos son tenidos por alborotadores antisistema.
Los miembros de la policía son personas que reciben una adecuada instrucción donde entre otras cosas se les enseña a distinguir con solo una ojeada entre un adolescente y un criminal peligroso.
Si la policía cree que deteniendo centenares de jóvenes va a imponer la ley como si esto se tratará del viejo oeste americano, ni esto es EEUU ni vivimos en el salvaje oeste; esto es España y la democracia hace tiempo derrotó al Estado Policial.
21 detenidos de ellos 5 menores y ante estos datos el Jefe Superior de la Policía de Valencia afirma con rotundidad que los agentes antidisturbios fueron atacados por un grupo de adolescentes los cuales no fueron objeto de una carga policial sino de actuaciones proporcionadas a la agresividad que el grupo de estudiantes de instituto estaba ejerciendo contra ellos. A todo esto la Delegada del Gobierno en Valencia quiere que todo quede en una mera anécdota, como si para estos chicos apaleados brutalmente por la policía fuera una batallita que contar a sus nietos dentro de unos años.
Lo dicho si nadie lo remedia “no habrá paz para nuestros malvados jóvenes” y de ello ya se va a encargar la policía arreando mamporros a diestro y siniestro con total impunidad.
Que el personal se vaya dando por avisado, volvemos a los tiempos en que los jóvenes corrían y “los grises” iban detrás aporreando. ¿A esto le llamamos evolución? si Darwin levantará la cabeza…
Galiana