Rajoy está feliz, muy feliz porque su reforma laboral ha sido aplaudida por la UE y que Bruselas le dé palmaditas en el hombro le hace sentirse importante, pero que muy importante. Lo que pensemos los españoles entra dentro de las críticas desafortunadas que uno nunca lee porque generan mal rollo y no aportan nada, al fin y al cabo para él no somos más que unos “minguillos” incautos que obsesionados por echar al anterior Ejecutivo le aupamos hasta Moncloa sin presentar programa político alguno y de engaños como estos incluidos el laboral se siente muy orgulloso.

Con la reforma laboral nos ha metido un gol porque cuanto más leemos su la letra pequeña más nos damos cuenta de los ardides del Gobierno al ocultar realmente cuanto se escondía en ella y  más comprobamos que nuestros derechos, esos que hemos pasados décadas consiguiendo y consolidando, han sido dinamitados ante el estupor e incredulidad del personal.

Los Sindicatos, que han vivido instalados en una ficticia comodidad en los últimos años, de repente se ven desbordados por el poderío del Gobierno quien realmente no es más que un instrumento en manos de la Patronal y de la Banca. Llamemos a las cosas por su nombre esto no es una reforma laboral llevada a cabo por el Gobierno, es una reforma al dictado de los mandados de la CEOE y de la Banca que son los que realmente “cortan el bacalao” en este país desde hace tiempo jaleados por sus medios de comunicación “palmeros” quienes les hacen el trabajo sucio.

No es una reforma para crear empleo, es una reforma para abaratar el despido, la Patronal lo sabe y a los Sindicatos no les queda otra opción que convocar manifestaciones guardando la baza de una huelga general porque aún les escuece que la montada a Zapatero no tuviera el respaldo que ellos hubieran deseado.

Da lo mismo como vea el Gobierno la reforma laboral como lo mismo da como la veamos los ciudadanos porque tanto uno como otros hemos perdido el poder y quienes de verdad mandan son los Mercados y a ellos todo esto les parecen naderías de las que se burlan en privado porque en público aún les queda una pizca de vergüenza para hacerlo.

Hasta tal punto han llegado en su importarle “un pimiento” nuestras reformas que Moody´s se ríe de ellas bajando nuestra calificación dos escalones y el Gobierno prefiere ignorarlo o bien achacar la descalificación a la herencia recibida, cajón de sastre donde cabe de todo, porque quien manda para Rajoy es Bruselas, perdón Berlín en que estaríamos pensando, y una vez obtenida la bendición por parte de Merkel, la nueva “Dama de Hierro”, lo que vengan a decir las agencias de calificación es algo que despachan con un “pelillos a la mar” aunque estás sigan yendo por libre y vayan de pedorreta en pedorreta jaleando nuestras reformas.

Galiana