Deberíamos ser egoístas y recrearnos hasta la saciedad en como los empresarios pueden despedirnos por toser en nuestro país pero ver arder, literal, una ciudad porque a sus ciudadanos les aprietan tanto que se ven abocados a hacer algo así nos atrapa completamente, y si esa ciudad pertenece a un país que es nuestro socio hace que se nos pongan los pelos como escarpias.

La UE por fin ha decidido rescatar a Grecia con un dinero envenenado porque con el préstamo para evitar su quiebra económica, la emocional están en ello, los griegos son conscientes que pagarán la deuda nollenarán sus estómagos vacíos desde hace meses.

No podemos negar la realidad, es cierto que Grecia necesita la ayuda de Bruselas para hacer frente a un pago de 14.500 millones de euros para evitar declararse en suspensión de pagos, técnicamente ya lo está, pero el rescate no va a solucionar sus problemas económicos.

La UE, tan civilizada ella, tan del siglo XXI, con esas miras de ser entre todos juntos una única potencia mundial permite que uno “de los suyos” este al borde de las revueltas sociales.

Es evidente que desde Bruselas algo no se está haciendo bien pero no lo miremos desde fuera porque España forma parte de todo este conglomerado de países que cuando vienen mal dadas no se ayudan entre sí. Cierto que en la práctica no tenemos ni voz ni voto puesto que a la hora de decidir es la economía quien manda a la hora de socorrer a los más débiles y la nuestra no se puede poner sobre la mesa so pena de ser objeto de mofa y escarnio público, de hecho Moody´s ya se ha encargado de rebajarnos dos escalones nuestra deuda y así imposible tratar de pinchar o cortar en ninguna parte.

Grecia no se está hundiendo, ya se ha hundido. A los ciudadanos helenos les da igual que la UE le dé o no dinero porque a ellos no le va a llegar nada de lo recibido; les da igual que al Estado le condone la deuda en parte o por completo porque eso no supone que la Banca les devuelvan las casas, que las empresas quebradas generen empleo, que lo sueldos sean dignos; les da lo mismo que les amenacen con sacarlos del euro porque con el dracma soñaban con seguir siendo pobres pero la moneda única les hizo pensar en cotas más altas y están peor que antes.

Los griegos están cansados de recortes, ya no se les puede asfixiar más, mientras su Gobierno tan tecnócrata él, tan nombrado a dedo desde Bruselas, tan sometido a los mandatos de Berlín sigue tratando de vender a “los suyos” que la UE es la gran salvadora y no se da cuenta que los ciudadanos de a pie están hartos de benefactores de esta calaña.

Esperemos que Eros al disparar sus flechas en lugar de amor en Grecia prenda la llama de “la primavera griega” al estilo de la que prendió el pasado año en los países árabes con revueltas y estallidos sociales incluidos; o quizá que suceda algo así sea lo que se necesite para romper con todo y empezar de cero incluida España.

Galiana