Dos Expresidentes de dos CA gobernadas por el PP, Baleares y Valencia, están siendo juzgados en estos días por diversas causas cuyo telón de fondo no es otro que corrupciones mil, cohechos impropios de opereta y abuso de poder a troche y moche.

De Camps se elogió su forma de gobernar Valencia y las pasadas Navidades tuvo que ser intervenida por el Estado por tener un agujero de tal calibre que no pueden hacer frente a los pagos que tiene. Mucha F1, mucha Ciudad de las Ciencias y de las Artes, mucho fasto y ostentación pero los valencianos han vivido por encima de sus posibilidades y hora lo pagamos todos aunque al culpable le juzguen tan solo por apropiarse de unos trajes. Rajoy no está por la labor de seguir este modélico ejemplo pues sabe que de hacerlo la intervención de Alemania no respetaría ni lo 100 días de cortesía y ya bastante ninguneado se siente en la UE como para provocar la ira de Merkozy.

De Matas se alabó sus maneras y su buen hacer lo cual le sirvió para ser Ministro de Medio Ambiente, lugar poco proclive para malversar caudales públicos a priori, de su gestión en Baleares tampoco puede decirse que dejará la CA en una situación económica boyante. Se admiten apuestas sobre si los baleares o los murcianos (regidos por el PP desde hace años) serán los próximos en necesitar una intervención por parte de “Papá Estado” para por lo menos pagar la Seguridad Social o la nómina de sus funcionarios

Debe ser que los populares le tienen cariño a esto de estar en los tribunales ya sea como acusado o como acusador así que viendo que la victoria de Arenas no está tan clara como en principio parecía airean con sus palmeros mediáticos los chanchullos que se trae el hijo de Chaves en Andalucía antes y después del mandato de éste como la mejor opción para asegurar que el líder del PP andaluz presida la Junta andaluza de una puñetera vez.

Como esto lleva tintes de convertirse en una crónica de tribunales y eso que no hemos mencionado a Urdangarín preferimos dejar que los jueces hagan su trabajo no vaya a ser que nos dé por pensar que la corrupción también afecta a la judicatura y embrollemos todo más de lo que ya está de por sí.

Galiana