Desde que Rajoy es Presidente del Gobierno en Moncloa se ha impuesto el estilo “monje Cartujo” es decir el Presidente ni se le ve, ni se le escucha, ni siquiera se sabe si está porque es su “Guardia Pretoriana” quien hace y deshace a su antojo y son ellos ante el clamor popular lo que han decidido que haga una aparición estelar en la Agencia EFE para demostrar que no es un holograma.
Con independencia de la nueva milonga que nos quiera contar el Presidente del Gobierno sobre lo mucho que trabaja de forma silenciosa para este Gobierno lo importante no es como facilitar trabajo a cinco millones de parados por mucho que presuman con la boca pequeña que esa es su prioridad; tampoco está entre sus preferencias intentar convencer a la Banca para que inyecte liquidez en la empresas y de este modo salir del bucle en el que se encuentran empresarios y trabajadores.
La verdadera misión de este Gobierno es empezar la semana amenazando con hacer nuevos recortes que afectan sobre todo a la clase media; ya se sabe la Banca y las clases altas esto de la crisis ni les va ni les viene por mucho que los primeros sean culpables directos de lo que está sucediendo y los segundos sigan incrementando la compra de vehículos de marcas como Ferrari o Porche.
El Gobierno tiene el ojo puesto en que vivamos toda la semana acongojados (por no escribir otra palabra) y cada lunes después del famoso “recortazo” nos hace llegar a través de sus palmeros mediáticos que en el siguiente Consejo de Ministros nos vamos a enterar de lo que vale un peine, para luego llegar el viernes y decir que tanta medida no eran sino informes.
Que nadie se llame a engaños porque juegan con nosotros como con el cuento de “Pedro y el Lobo” cuando más confiados estemos en que no son más que palabras para atemorizar más fuerte serán lo que desde el Ejecutivo llaman ajustes necesarios dado que nos encontramos al borde del abismo.
De momento se debe recortar sobre 40.000 millones y a tenor de lo expresado por Montoro y De Guindos el tema está en subir el IVA, por mucho que Rajoy diga que ni tocarlo. Lo que sucede es que no saben en principio como justificar la subida y están esperando a que Merkel les diga el modo de hacerlo sin que el personal se enfurezca y salga a la calle con lo primero que encuentre porque ya más no se puede asfixiar.
Todo este vivir al borde del precipicio, no tener trabajo, no tener perspectiva de futuro; ver como los hijos independizados vuelven a casa, como las personas dependientes se quedan sin ayudas, como el poder adquisitivo de los pensionistas baja debería ser suficiente para no darle a este Gobierno ni la confianza de los 100 días pero parece ser que el inmensa mayoría está de acuerdo con los recortes y avalan, eso dicen las encuestas, el vivir en esta idea morbosa de acongojonamiento perpetuo.
Galiana