Es cierto que tanto hablar de las medidas que está empezando a dar a entender Rajoy que va a aplicar una vez sea investido Presidente que nos estamos olvidando de la madre de todas las batallas que se está preparando en el PSOE, porque así es como cualquier partido que pierde unas elecciones soluciona la derrota y sobre todo cuando ha sido ocasionada por una debacle tan espectacular, no es que no queramos entrar en “territorio comanche” es tan solo que nos preocupa, y de qué manera, cuáles serán los derroteros que España va a seguir una vez Rajoy se asiente en Moncloa.

Sin ánimo de ser pretenciosos emularemos a Fray Luis de León y como “Decíamos ayer…” para continuar desvelando, con ejemplos, como Rajoy va mostrando su programa oculto pero a su manera que cantaba Frank Sinatra.

Una mayoría tan aplastante tiene su aquél porque permite hacer prácticamente lo que a uno le viene en gana en ciertos temas, eso si no estuviéramos inmersos en un crisis tan destructiva; como estamos como estamos, las cosas no pueden ser como debieran sino como se puedan.

Conocida es la alergia que le tiene Rajoy a los medios de comunicación, de hecho no se ha dirigido a los mismos desde su espectacular triunfo en las urnas (a excepción de pasarse por los micrófonos de Onda Cero y concederle ese honor a Julia Otero) lo que viene a ser significativo de cómo será el ninguneo a los periodistas pues no cree necesitarles para nada. La resolución del Presidente in pectore provocará que algún que otro despido pero en un país de cinco millones uno más tampoco es muy significativo.

Con una relación con los medios de comunicación totalmente ninguneada para que nadie se le suba por las barbas el siguiente paso es… ¿por dónde empezamos por la política interior o la exterior? Tanto monta, monta tanto porque si Rajoy quiere mantenerse al menos 100 días en el poder lo que tiene que hacer es obedecer, obedecer y más obedecer.

Obedecer a Merkel, a las Agencias de Calificación, a los Mercados Bursátiles, a la Banca, a la CEOE… ¿Tendrá tiempo para hacer otra cosa que no sea obedecer teniendo que cumplir con tantos y en tan poco tiempo?

Respecto de cómo va a ser su obediencia, que a nadie le quepa duda la sumisión va a ser total y para ello seguirá el camino abierto por Artur Mas en Cataluña en lo que a sacar las tijeras se refiere.

Pero que no se nos pongan los pelos como escarpias todavía porque esto no es más que el principio lo peor está por llegar.

Galiana