Hasta ahora no habíamos traído hasta este espacio a la familia real sencillamente porque para comentar los modelitos de la Infanta Elena, la delgadez de la Princesa de Asturias, el saber estar de la reina, la compostura del príncipe, o los disimulos con la salud del rey, por no añadir las monerías de sus reales nietos propias de cualquier niño de su edad nos parecían temas totalmente insustanciales.
Siempre hay una primera vez para todo y creemos que la ocasión lo merece porque no todos los días un juez investiga la posible imputación del yerno del rey, él que fue un famoso jugador de la selección de balonmano, por haber metido “la mano en la caja de lo público”.
Cierto que a quienes nunca fueron amigos de la reinstauración monárquica les han puesto en bandeja de plata el poder hacer todo el daño posible, no son tiempos para andar jugando con las instituciones y lo saben por lo que callarán hasta pasadas las elecciones. Cierto que de un tiempo a esta parte hay demasiado ruido sobre la Corona con el tema de la posible sucesión formándose un caldo de cultivo para que en la ciudadanía haya crecido cierto desapego por la monarquía hasta el punto de empezar a ser valorada con un suspenso por primera vez desde que la reinstauración de la democracia. Cierto que la situación económica del país está poniendo en entre dicho demasiados asuntos que en el periodo de la transición se cogieron con alfileres y se aceptaron como mal menor por la mayoría.
Demasiadas certezas que generan no demasiadas dudas y ante eso no seremos nosotros quien haga al Duque de Palma un juicio paralelo, ni quien pretendamos condenarlo por delito alguno pues no somos jueces ni pretendemos serlo, pero resulta curioso que un señor al que entre todos mantenemos con los presupuestos del Estado, verdad que tiene un trabajo en Nueva York como consejero y presidente de la Comisión de Asuntos Públicos de Telefónica Latinoamérica y Estados Unidos, se vea envuelto en asuntos de esta enjundia.
Lamentable que con una convocatoria electoral a diez días vista, donde se decide el futuro en una coyuntura socio/político/económica totalmente desfavorable nos llame más la atención las tribulaciones de Iñaki Urdangarín, su socio Diego Torres, y la Agencia Tributaria y de la Fiscalía Anticorrupción.
Luego nos quejamos pero… ¡Qué país!
Galiana