No es que los ciudadanos hayamos perdido la fe en nuestro país, es que el Gobierno de Rajoy nos la ha robado en poco más de un año. Los recortes y la mala situación económica no son la principal causa, que también, sino esa cobardía suya que nos está desequilibrando a todos hasta llevarnos al borde del caos.
En este orden de poner al personal los pelos como escarpias con tanta corrupción a todos los niveles y todos los días, el Presidente del Gobierno, en lo que considera un acto de valentía -ni que decir tiene que ni la conoce- decidió hacer una comparecencia sin preguntas para tratar de salvar los muebles una vez que Bárcenas y sus apuntes contables han puesto al partido que gobierna a la altura del betún.
Ante los suyos, que no ante los medios de comunicación, Rajoy nos ha dicho a todos que por encima de ser Presidente del Gobierno y defender los intereses de los españoles, es un hombre y que se debe a su partido.
En el partido que gobierna no hay una única voz para defender el feo asunto de Bárcenas, porque la estrategia que Rajoy propone es la de refugiarse en hacer el menor ruido posible y esperando a que escampe, todo ello debidamente aliñado con la esencia del “y tú más” y mientras, de paso, ir matando al mensajero.
Rajoy les pide a los de su partido que no escondan la cabeza, en clara alusión a la implicación en la trama Gürtel de la Ministra de Sanidad, Ana Mato, que suponemos no se entere de lo que pasa en el Ministerio de la misma manera que no sabía qué hacía un Jaguar en su garaje o quien pagaba las fiestas de cumpleaños o la comunión de sus hijos.
El Presidente del Gobierno a los españolitos de a pie nos ha venido a pedir que hagamos un ejercicio de tener unas tragaderas inmensas y nos conformemos con leer su Declaración de la Renta online para de este modo demostrar que jamás ha cobrado “en negro”. Hasta donde nosotros sabemos los cobros en B no se reflejan en la Declaración de la Renta, con lo cual la propuesta de Rajoy nos suena o a tomadura de pelo sin paliativos o a que es más idiota de lo que creíamos.
En este orden de tomar el pelo a la ciudadanía lo que más vómito intelectual nos provoca es la utilización de presuntas tramas conspiranoicas para desestabilizar al Gobierno, esta idea ya la utilizaron tras los atentados del 11M y la cosa todos sabemos cómo terminó, pero parece ser que no aprendieron de sus errores.
Puestos a utilizar la palabra “error”, lo que se nos escapa es por qué si los documentos de Bárcenas son falsos, Rajoy y todos los implicados en dichos apuntes contables no interponen la correspondiente denuncia, para que sean los Tribunales de Justicia quienes vengan a demostrar que el Ex-Tesorero inventó toda una contabilidad ficticia como vendetta personal contra alguno de los que fueron compañeros de partido.
La semana se presenta convulsa, en la misma línea de las anteriores, con el elemento añadido de una Merkel sin ninguna gana de reunirse con un Presidente cuya honorabilidad está más que en entredicho, y con la fe perdida en que este país pueda salir de modo alguno del caos en el que está metido.
Galiana