El viejo pintor despliega en mitad de la colina su maleta, de ella saca un pincel y una paleta. Luego, subido en una ajada escalera comienza su obra cada día.
Nadie le ve mezclar colores en su paleta, no se sabe si usa óleos o acuarelas. De él solo se dice que siendo muy joven aceptó el oficio de pintor de cielos.
Galiana