El Rey no sabe ser un profesional

De Santiago Carrillo nos gustaría poder heredar su tremenda visión analítica pero no tenemos experiencia, vivencias y esa cansada cadencia que solo da la edad, aunque desde aquí prometemos no cejar en el empeño de seguir aprendiendo del maestro aunque ya no esté entre nosotros.

Una de las cosas que le vamos a “afear” al líder del PCE es haberse quedado dormido antes de dar a conocer su opinión sobre las últimas declaraciones, en forma de carta, del Rey; estamos seguros que Carrillo, aún admirando como lo hacía al monarca, no hubiera dejado de llamar la atención sobre sus más que controvertidas palabras.

A nadie se le escapa que esta nueva faceta del monarca nos está descolocando a todos porque esta manía, afortunadamente reciente, de meterse donde nadie le llama está prendiendo algún que otro fuego, él que por bombero siempre se ha tenido, y alguien debería decirle que está muy mal tirar piedras contra su propio tejado porque como siga así va a tener que salir por patas, con Urdangarín incluido aunque no le guste, como ya hicieron sus antepasados no tan lejanos.

No vamos a negar nuestra condición de republicanos porque eso de hacer “un Judas” nunca ha sido ni será lo nuestro, pero la verdad es que Juan Carlos de un tiempo a esta parte flaco favor le está haciendo a la monarquía con eso querer convertirse en el actor principal de una película donde su papel está más que diseñado por la Constitución, ya que fue un traje que la transición le hizo a la medida como forma de aceptar el legado que la dictadura franquista nos había impuesto con aquello de “dejarlo todo atado y bien atado”.

Podríamos justificar sus continuas meteduras de pata con eso tan manido de “son achaques de la edad” pero no estamos por la labor porque cuando un trabajador no cumple con su cometido, sea la causa que sea y más ahora que Rajoy se lo ha puesto tan facilito a los empresarios, se le despide y como mucho se le agradecen los servicios prestados.

Cierto que el Rey ha prestado un gran servicio a este país, no vamos a sustraer los méritos que tiene, pero no puede vivir de las rentas, del yo hice, del a mí me deben… y menos en un momento donde toca estar a la altura de las circunstancias, menos ante el más que descomunal problema político que tenemos con las más que ensordecedoras voces que sobre independentismo traen los vientos de Catalunya.

Los “juancarlistas” que siguen adorando su papel en la transición le aplauden sus palabras porque ni ven, ni quieren ver, que sus palabras, cuando la Corona está más que cuestionada por méritos propios, no son precisamente a favor de arbitrar y moderar por el funcionamiento de las instituciones tal y como la Constitución le reconoce sino más bien todo lo contrario.

Si el Rey quiere que los españoles le propongan un cese en sus funciones no es necesario armar tanto ruido, con abdicar lo tiene fácil, aunque desde luego daría muestras de un increíble cobardía al ser el capitán el primero en abandonar el barco cuando éste se hunde.

Galiana

 

Acerca de Galiana

Escritora, creativa
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