“And the winner is…” no, no, los “Oscar” pusieron el broche al fin de semana pero no empecemos por el final porque durante el mismo las monedas recuperadas y el dinero evadido acapararon nuestra atención por encima de los premios de cine americanos con cierto sabor agridulce porque ni Fernando Trueba ni Alberto Iglesias se trajeron el premio a casa.

No sabemos bien si el tesoro repatriado del “Nuestra Señora de las Mercedes” está por encima de las mercedes que recibió Iñaki Urdangarín a través del Instituto Nóss, pero vamos a empezar por las antigüedades por aquello de respetar la edad.

El tema del tesoro se reduce en pocas palabras, por fin el cargamento de oro y plata que contenía la fragata “Nuestra Señora de las Mercedes” llegaba a puerto, no por mar sino por aire; le ha costado la travesía más de 200 años, estar sumergido demasiado tiempo e incluso pasar por tribunales para que se decidiera quien era su dueño, toda una aventura que nos remonta a siglos atrás.

Como lo que nos ocupa es el presente dejaremos los tesoros de antaño para su calificación y recolocación y centrémonos en otras tramas más actuales y dejémonos de distraernos sobre lo que de verdad importa.

El Duque de Palma ha estado dos días, más de 20 horas, declarando sobre los tejemanejes que se llevaron a cabo en el Instituto Nóos por él presidido. Iñaki hizo su aparición cual torero haciendo el paseíllo mirando al cielo y al suelo ante el respetable, que en lugar de aplaudir le recibió con gritos y algún que otro lanzamiento de huevos a su coche no contra su persona. Habló con los medios de comunicación, antes de entrar al edifico, para explicar a como diera lugar que como buen noble que es, por matrimonio con la hija del rey, defendería su honor y el de su dama. Lo primero es casi un imposible que lo consiga y lo segundo es improbable porque tras horas negando que ella, a quien llama la Infanta Doña Cristina en lugar de su mujer, tuviera relación alguna reconoció que por imperativo legal alguna que otra firmita hecho su Alteza Serenísima.

El juez no tuvo compasión dado que no tiene porque hacerlo pues por muy Duque que sea y por mucho que esté emparentado con la Casa Real no tiene ningún tipo de aforamiento ni de inviolabilidad. Así que comenzado el interrogatorio y con todo lujo de detalles Urdangarín vino a decirnos que él solo ponía la cara, que era Presidente Ejecutivo pero que lo que se dice ejecutar ejecutaba poco o nada, que él con jugar al páddel, acudir a las reuniones con la “gente guapa” y percibir sus emolumentos ya tenía suficiente; que era su socio Diego Torres quien de verdad “cortaba el bacalao” y del que tras repasar su declaración descubría horrorizado que le había estado engañando durante años.

Sea como fuera el juico va para largo y lo único que ha quedado claro es que el Duque en el mejor de los casos es un irresponsable por no estar pendiente de cómo un Instituto sin ánimo de lucro, del cual sobre los papeles era el máximo responsable, se convirtió en una tapadera para desviar fondos a paraísos fiscales mediante corruptelas mil.

Galiana