En el PSOE la situación está totalmente descontrolada aunque quieren aparentar lo contrario. Nadie se quiere casar con nadie y todos se quieren casar.

Los candidatos a la Secretaría General no son del agradado de muchos porque el envase y el diseño son diferentes aunque el contenido es el mismo, casi no hay diferencias sustanciales entre Chacón y Rubalcaba y la continuidad en época de cambios nunca es buena.

Muchos Barones pretenden con esta elección realizar pequeños ajustes de cuentas, tanto los partidarios de Rubalcaba como Chacón lo saben. El primero arrastra demasiados años en la cúpula del partido y eso lejos de ser una ayuda es una dificultad porque tiene demasiados favores impagados y quien más quien menos quiere cobrar sus deudas. Chacón sin tanta experiencia entre quienes de verdad controlan el partido está dirigida cual “Barbie” por su marido  que es  quien “corta el bacalao” entre los miembros de la ejecutiva del partido.

De entre los descontentos con ambas candidaturas los hay que se callan pero enredan por detrás y están liderados por el omnipresente José Bono, que a todos los efectos se ha retirado de la política para dedicarse a sus quehaceres, pero que todos sabemos no deja de mover los hilos. También están los que siendo considerados unos apestados por la ejecutiva, con más detractores que defensores, abren la boca una y otra vez intentando llamar la atención constantemente al estilo de Tomás Gómez aunque nunca terminan de posicionarse.

En medio de este caldo de cultivo y apadrinado por Bono, aunque lo niegue una y mil veces,  el Alcalde de Toledo Emiliano García-Page se deja querer en el más amplio sentido de la palabra e intenta postularse como la tercera vía vendiendo sin vender su juventud, su dilatada carrera política, sus ganas y su afán por dar el salto de la política local a la nacional.

El PSOE debería dejar de mirarse tanto el ombligo y alguien debería recordarle que es el líder de la oposición, que por encima de las disputas interna debe ponerse a ejercer como tal porque como sigamos así el poder del PP y del Gobierno va a ser ilimitado y luego vendrán los lloros y lamentos.

Galiana