Si vas a formar parte de mi vida te conviene saber que soy un hombre amante de la noche, en todos sus sentidos. Vivo de ella, por y para ella, con lo que si estás pensando que puedes hacer de mí un animal diurno ve desengañándote desde ya mismo.

Estoy en ese momento de la vida en el que uno se da cuenta que tiene que afrontar la llegada del invierno, lo que no significa retirarme a ningún cuartel. Debo reconocer que he disfrutado de muchos veranos, tal vez demasiados, aunque nunca es demasiado cuando se habla de luz y calor.

Siempre he vivido ligero de equipaje a pesar de tener un armario bastante repleto de ropa, quiero entender que me vas comprendiendo.

Incapaz de relajarme pero, a la vez, no soy de los que se estresan por nadie, todo ello producto de no concentrarme en absolutamente nada, nada que no sea mi propia persona, mi propia existencia.

Si de verdad estás tan interesada en conocerme como aparentas, aléjate de todo y de todos, olvídate hasta de ti misma. Abraza mi religión sin cuestionarte los paradigmas de la vida y de la muerte.

Estas son las condiciones que te impongo para admitirte en mi vida, si ves que no puedes cumplirlas, sencillamente, esfúmate que insustanciales imitadoras de mi persona he conocido ya unas cuantas.

Galiana