Yo no maté a mi padre. Supongo que dicho así no suena convincente ni como confesión ni como nada, ya que mi padre ha sido asesinado.
Me reafirmo ante su pregunta, yo no maté a mi padre.
Razones para hacerlo me sobraban. Es más, me faltarían años de vida para enumerarlas todas, pero aún así no lo hice.
Reconozco que su muerte no sólo la he deseado más de una vez, sino que la he planificado tantísimas veces que la palabra infinitas se queda pequeña.
Oportunidades para acabar con su vida nunca me han faltado.
¿Por qué no lo he hecho?
A pesar de considerarme un fracasado y un don nadie, el asesinarle, o mejor dicho el no hacerlo, no tiene que ver con un acto de cobardía o de valentía.
Sucede que mi vida siempre ha valido bastante más que la suya, y esa es la única razón que me ha impedido quitarle la vida. Nunca he estado dispuesto a cambiarla por la suya, no merecía la pena.
Galiana


Buena confesión ensayada ante el espejo y repetida enésimas veces para convencer al jurado con su imagen de inocencia. Lástima que uno de los doce era ciego y entre sus frases tan bien interpretadas un leve tono de rencor contradecía su declaración. Eso y que era el único heredero de la fortuna familiar.
Ciertamente él no mató a su padre, pero el sicario que para ello contrató si confesó el homicidio para rebajar su condena. Durante los veinte años siguientes, cada mañana frente al pequeño espejo de la celda, se siguió repitiendo la inocencia de su crimen.
Saludos 🖐
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Relato encadenado
Mil gracias
😘😘😘😘
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De nada 🖐
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