«Relatos de verano» con Carmen Navas Hervás (@mcnavas1) para leer y escuchar: «Redención»

Este verano llegó hasta aquí,con este relato le doy la bienvenida al mes de agosto. Espero que os haya gustado, volveré muy prontito con más relatos.

Redención

La vida a veces es muy sencilla, otras veces complicada y sobre todo es sorprendente.

Julio murió una mañana de diciembre a manos de un delincuente. Fue un día triste, gris, frío. Un día horrible para su padre, que recibió la noticia mientras desayunaba. Estaba viudo desde hacía dos años y ahora su hijo mayor se marchaba sin poder despedirse. La policía se presentó en su casa con gesto serio.

—Debe acompañarnos. Hay que identificar el cadáver.

¡El cadáver! Como si solo fuera un objeto. Julio era un chico extraordinario, un hijo ejemplar, no un pañuelo desechable.

A partir de ese día todo se precipitó, la vida fue una sucesión de desgracias incontenibles. Su mundo se tambaleó: en la camilla encontró el cuerpo sin vida de su hijo, la policía jamás encontró al asesino, le echaron del trabajo porque entró en una profunda depresión y lo peor de todo fue que a su hijo menor le diagnosticaron una enfermedad cardiaca.

—Hay que hacer un transplante. El problema es encontrar un donante que sea compatible y no nos queda tiempo.

—Si hace falta, yo puedo donar. Si él muere, a mi no me queda nada —les dijo a los médicos con mirada suplicante.

—Nuestro código deontológico no lo permite, además las compatibilidades no son tan fáciles.

Le pusieron en la lista de espera y Miguel se fue deteriorando de forma inexorable. Al cabo de un año fue ingresado. Ya no había esperanzas. El corazón no llegaría a tiempo.

Tuvo claro lo que iba a hacer: en el momento en que Miguel dejara de respirar, él acabaría con su sufrimiento.

El día que su hijo entró en la UVI acudió a confesarse. Hacia años que no lo hacía. Quería arreglar sus asuntos espirituales. Cuando acudió a la Iglesia, se sentó en un banco a esperar al párroco.

—¡Estás siendo muy injusto conmigo! —Le recriminó al Cristo que presidía el altar.

No obtuvo respuesta.

Se fue a casa con la conciencia algo más aliviada.

Al cabo de dos meses, una noche de tormenta, sonó el teléfono a altas horas de la madrugada. El momento había llegado.

—Señor García, será mejor que acuda al hospital —era una voz neutra, una voz impasible.

Bajó las persianas, cerró la puerta de la casa y con gesto lúgubre se dispuso a encontrarse con su destino.

—¿Dónde se han llevado el cuerpo de mi hijo? —Preguntó a las enfermeras.

—Acompáñeme —le dijo una de ellas —ha sido un milagro.

—Es usted una persona horrible, ¿Cómo puede decir eso, cuando mi hijo ha muerto?

La enfermera se sintió desfallecer.

—¿No han hablado con usted?

—Hay poco que se pueda decir y ahora acompáñeme para que pueda despedirme de Miguel.

—Su hijo vive, ahora mismo le están transplantando el corazón.

Sintió un desvanecimiento. No era posible ¿De qué hablaba esa mujer?

—Le hemos llamado porque ha ocurrido algo extraordinario que no sabemos explicar. Esta noche, un joven ha llegado hasta la puerta del hospital, ha dicho que es donante de órganos y que nos preparáramos. Después nos ha dado una carta para usted y sin que nadie pudiera evitarlo, se ha pegado un tiro en la cabeza. Lo más asombroso es que es donante de corazón y es compatible con su hijo.

Cogió la carta con dedos temblorosos:

“No sé ni he sabido en estos años cómo pedirle perdón por haberle arrebatado a su hijo Julio. Éramos amigos y acabé con su vida por envidia. Ahora quiero redimirme y cuando me enteré de que Miguel se debatía entre la visa y la muerte, supe lo que tenía que hacer. Espero que sepa perdonarme y que acepte mi corazón para su hijo. De todas formas mi tiempo estaba cumplido porque hace dos meses, me diagnosticaron una leucemia galopante y la única forma que tengo que permanecer en este mundo es en el cuerpo de su hijo y de otras personas que lo necesiten. Solo espero que con esto sea posible mi redención”

Ahora dale a la ilustración si prefieres escuchar, siempre hay alguna variación.

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@mcnavas1

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About Galiana

Escritora, bloguera, podcaster, enamorada de todo lo que huele y sabe a Cultura
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