Ojalá me tenga que comer mis palabras. ¡Cómo me gustaría equivocarme! Pero creo que hoy volveremos a darnos un planchazo mayúsculo al asistir a otro espectáculo de Apple carente de innovación.
¡Claro que todo lo que veremos será mejor que la edición anterior! Aunque sólo sea porque le quedan más años de actualizaciones y porque en un año la tecnología avanza, mucho o poco, pero avanza. [Y tampoco lo digamos muy alto porque las baterías de la serie 14 de iPhone dejaban bastante que desear comparadas con la anterior serie 13, pero en fin, como a Apple se le perdona todo…]

Esta sección, Tech Sunday, ha pasado a los martes por ajustes del blog. No a todos, sino a aquellos martes en los que real o presumiblemente haya algo que contar que merezca la pena. Los que ya me habéis leído antes sabéis que echo pestes de la falta de innovación de Apple. Me cabrea sobremanera que uan empresa que fue tan rompedora haya entrado en un bucle de rutina constante.
Además, mi pesimismo se alimenta de la rumorología desatada a propósito de la presentación anual de los nuevos iPhone, que supone la apertura del curso tecnológico tras el verano.
Wonderlust. Jugando con el alemán y el inglés, en una combinación de maravilla y adicción aventurera, Apple vuelve a esforzarse en generarnos la sensación de que estamos obligados a maravillarnos si somos cool, si somos guay. Ya le vale. Jugar con el diseño, ahora tocan cantos más suavizados; los tipicos cambios de colores de moda, parece que combinados con el color de los cables de alimentación; un zoom periscópico que la competencia ya tiene desde hace tiempo; el sapo del trágala que supone la imposición del USB-C por la Unión Europea (*) y un botoncito presumiblemente multifunción que esperemos dé un poco más de juego que la chapuza de la isla dinámica. Ah, y esta vez va a ser en titanio. ¿Cómo hemos podido tener móviles que no fuesen de titanio? Señor, qué cruz.
Los demas artilugios que parece que presentarán, tres cuartos de lo mismo, el Apple Watch parece que reserva sus cambios de calado para el año que viene, cuando toque la versión 10. El iPad seguirá viendo aumentada la potencia de su procesador que ya excede sobradamente las necesidades de su software limitado por razones comerciales. Y de los auriculares ni hablo porque, con vuestro permiso, les tengo especial manía.
Apple es puro postureo continuista, veremos qué pasa con las velocidades de carga de su batería (importante) y de transferencia de datos por cable (para la inmensa mayoría no tan importante). Hay cosas en las técnicamente sigue superado por su competencia aunque su calidad como producto, incidente arriba, incidente abajo, está entre las mejores.
- Este post se publica a las 9:00 hora de España y la presentación será esta tarde, a las 19:00 horas. Aquí tienes el enlace a la página de eventos de Apple.
Veremos con que nos encontramos finalmente. La semana que viene volveré a pasar por aquí y, lo dicho, a ver si tengo que comerme mis palabras.
Hasta pronto.
(*) Mis críticas a Apple no me impiden condenar la intromisión de los políticos de la Unión Europea imponiendo la obligatoriedad del cable USB-C. Sobre esto ya escribí otros post, a los que podéis acceder desde aquí:













