En junio «Los Relatos Musicales» de @yugm76 «Con amor, Simón»: Como los monos de Gibraltar

En la actualidad el mundo se mueve por el dinero, el poder, la codicia, la envidia. Saber que se posee más que el otro, querer lo que tiene el vecino, tratar de poseerlo sin importar nada ni nadie.

Sin embargo, lo que debe poner en marchar todo tiene ser el amor.

No cualquier tipo, ha de ser incondicional, sin importar raza, color o sexo. Que el amor sea nuestra bandera. La de miles de generaciones. La de cualquiera.

Por eso he querido que este mes nos sintamos orgullosos de cada persona que puebla la faz de la tierra y sobre todo de aquellos que aman a pesar de las leyes o la falsa moral. Este mes lo he dedicado al orgullo LGTBI, porque son una muestra de que el amor permanece por encima de todo.

En junio las historias repasarán temas musicales o cantantes relacionados con el movimiento LGTBI.

Al fin y al cabo, como cita la carátula de la película Con amor, Simón: “Todo el mundo merece una gran historia de amor”

Como los monos de Gibraltar

El quirófano se preparará para las 9:30 de este lunes. Eso es mañana. He ingresado esta tarde y así poder llevar una dieta estricta y que me entreguen la medicación que me tengo que tomar antes de la operación.

“¡Es algo sencillo y no tiene ninguna complicación!”, son las palabras que me dijo el especialista, pero por algún motivo no puedo estar tranquila.

Voy de la cama a la ventana, me quedo allí un par de minutos, tratando de imaginar la vida y las posibles enfermedades de las personas que entran y salen del hospital, ¿cuál será su “problema”? Si estarán sufriendo.

De la ventana ando por la habitación. Camino durante unos minutos, dando vueltas, mientras esa sensación de tener el estómago encogido se hace cada vez más y más grande, hasta parece que se me sube al pecho.

De vuelta a la cama, allí tumbada se me agolpan los recuerdos: Yo de pequeña jugando a las muñecas, a las cocinitas… De adolescente probándome la ropa de mi hermana mayor, mirándome al espejo con ella, deseando que me creciera el pecho… Maquillándome a escondidas para que mi padre no me viera… La universidad en la que me miraban como si fuera un bicho raro y mi madre diciéndome que sobre todo tenía que ser yo misma que no me dejará influenciar por ellos, que estando embarazada de mí supo que yo iba a ser especial.

Mi respiración se acompasa con el segundero del reloj que cuelga de la pared, estoy a punto de lograrlo, de tranquilizarme. Entonces vienen los otros recuerdos, los malos: mi padre gritando a mi madre porque un niño no debería jugar con muñecas ni con cocinitas… La cara horrorizada de mi hermana cuando me vio probándome su ropa… Tratar de ocultar las manchas de maquillaje que quedaban en la toalla después de haber sido feliz durante un rato… Y darme cuenta de que mi madre tenía razón, que debía ser especial, que ni aun en la universidad aceptaban a un hombre con el maquillaje y zapatos de mujer.

Hasta que un día lo comprendí todo, algo había ido mal dentro del vientre de mi madre y la naturaleza me dotó de aparato reproductor masculino mientras que yo me sentía femenina por completo.

Con el apoyo incondicional de mi madre decidí ser lo que soy, una mujer de la cabeza a los pies. Solo estoy a un paso de terminar el proceso, a una operación.

Ya nadie se tapará los ojos para hacer como que no me ven, no tendrá que comportarse como los monos de Gibraltar, tan solo por ser yo misma.

@yugm76

Acerca de Galiana

Escritora, creativa
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