
Confinamiento silente
Con el silencio
del confinamiento,
se oye caer una brizna,
la caída de una hoja,
un zumbido de abeja,
un piar de pichones,
los ladridos lejanos,
la lluvia al caer,
una tenue brisa,
o el viento racheado,
un suspiro de amor,
un chasquido de dedos
con la suerte en las manos,
besos entregados al aire,
las estelas blancas
de aviones sonoros,
unos pasos en la acera,
el tañer de campanas
del monasterio lejano,
un bastón que acompaña
el caminar, al ritmo
de unos pies cansados.
Con este silencio,
se oye el respirar
de un niño que duerme,
del amor entre
las sábanas,
de suspiros y ayes,
de las páginas
del libro,
de las cucharillas
del café caliente.
Qué delator inocente
es este silencio nuevo.
@marylinazul
