
Alfonso
Tiene el alma de cristal
rota en su espíritu enfermo
y espera las medicinas
que a veces tienen los cuerpos
ajenos a los renglones
torcidos por el deseo
vacío de no vivir.
Triste y depresivo anhelo.
E idea un éxodo onírico
como triste pasajero
de un sinvivir ambiguo:
El vaivén de su velero
de mástiles astillados
por el agresivo viento
que arrastra con su oleaje
a las orillas sus muertos.
¡Denle de nuevo sus sombras!
Pues quiere ser el sujeto
de sus actos otra vez.
Le ahogaron los encuentros
con una vida dotada
de Apocalipsis eterno;
vendimia perdida y pútrida
en los campos del infierno.
@pedrorguezfdez
