Este post está dirigido a los ofendiditos, a los de la piel fina, a los que pretenden imponer a toda costa sus creencias, sus opiniones, a los que quieren borrar aquello que no les gusta, a los que se creen dioses, los que están por encima del bien y del mal, a los que de pequeño se abonaron al Síndrome del Emperador y no lo han superado, a quienes no soportan las verdades, los niñatos de papa, los que siendo adultos creen que los unicornios y las hadas habitan en los bosques, a quienes apuestan para cambiar el mundo a golpe de clic con solo convocar una manifestación en cualquier red social…

Toda esta panda de inadaptados, en el fondo es lo que son, que buscan el aquí y ahora porque desdeñan la Historia ya que jamás se han molestado en conocerla, (lo más largo que leen son los tuit) y de ahí que ignoren de dónde venimos y la razón de la mayoría de los hechos que nos han traído hasta aquí.

Esa ignorancia les hace no pensar en el mañana. Pensar es un esfuerzo que no ven necesario hacer, mañana siempre les queda muy lejos.

Criticar es el único verbo que conjugan. Lo utilizan contra libros, películas, canciones,… Contra todo lo que huelen y sabe a arte, a Cultura. No les interesa la trascendencia de quien lo creó, ni las consecuencias o cómo influyó esa obra o el autor a posteriori en otras personas. Tampoco distinguen la persona del personaje, y aquí abren la veda para creerse con derecho a pisotear el trabajo del artista.

En el fondo no son más que unos pequeños dictadores marcándose una noche de los cristales rotos al más puro estilo Hitler, en versión moderna, eso sí. Con las dimensiones que da el poder hacerlo desde un ordenador. Son censores puros y duros, aunque tan sumamente planos por su total falta de conocimientos (los cuales adquirirían si leyeran) que ignoran que lo son.

Esta generación autodenominada guardiana de la moralidad trata de imponer sus ideas en un nuevo orden mundial sin tener idea de nada, ni respeto por nadie.

Dicho todo esto, la columna de opinión de los lunes estará cerrada por vacaciones hasta el mes de septiembre. Durante este tiempo veré en bucle la película “Lo que el viento se llevó”, no necesito la plataforma HBO para hacerlo. También releeré el libro en el que está basado dicho film escrito por su autora, Margaret Mitchell, y aunque quede muy dramático me voy a marcar un Scarlett O´Hara dedicado a los ofendiditos que imagino no entenderán: “A Dios pongo por testigo que no podrán derribarme…”

¡Felices vacaciones de verano! Si quieres seguir conociendo lo que opino sobre la actualidad, únete al canal Galianaescritora de Telegram https://t.me/Galianaescritora donde podrás leer Tomando aire.

¡Feliz verano!

Galiana