…Y Cía @yuris76g Los cuentos de tradición oral: El castillo de Irás y no volverás (I)

Mi madre me ha hecho un encargo, nada fácil por cierto, por que por cada letra que escriba estaré pensado en él. Mi abuelo siempre me contaba un cuento, que jamás he querido leer en cualquier otro sitio porque para mí su versión siempre será la «verdadera», pero no quiero que se pierda o que quede en el olvido, voy a tratar de hacerlo tal y como él lo hacía, sé que seguramente para cada nieto, o para cada hija tuviera su versión, pero yo contaré la mía…

EL CASTILLO DE IRÁS Y NO VOLVERÁS

 

Érase una vez un pescador que salía todas las mañanas a pescar, lo hacía para darles de comer a sus dos hijos que se parecían muchísimo. Aquel día no conseguía pescar nada hasta que de pronto pescó un pez mágico.

El pez le dijo:

—Si me devuelves al agua te recompensaré para toda la vida, vente mañana como todas las mañanas y te daré tu recompensa.

El pescador que era una buena persona devolvió el pez al rio. Como le había prometido al pez, volvió a la mañana siguiente. El pez le entregó dos tarros con agua mágica y le explicó…

—Cuando vayas a morir, entrégale un frasco de agua a cada uno de tus hijos, cuando uno esté en peligro de muerte el agua del otro se volverá turbia, y así podrá ir a ayudar a su hermano.

Pasaron los años y el pescador murió, dejándole en herencia a cada hijo un caballo, una espada y el frasco de agua del pez mágico. Y cada hermano montado en su caballo tomó un camino distinto.

Habían pasado varios días cuando el primer hermano llegó a un pueblo, el mercado era enorme, puesto de fruta y verdura, vasijas, etc, etc. Cuando de repente empezaron a tocar las campanas de la iglesia, todo el mundo empezó a desmontar el puesto y a esconderse en sus casas mientras gritaban.

—¡¡¡Que viene el Dragón de las Siete Cabezas!!!, ¡¡¡Que viene el Dragón de las Siete Cabezas!!!

Como el primer hermano era nuevo en ese pueblo no tenía donde protegerse, pero además era el más valiente de los dos y decidió enfrentarse al dragón, corrió hasta el establo más cercano y de allí cogió una oveja. Esperó con la oveja la llegada del dragón, y se la plantó delante de las siete cabezas. Como era de esperar cada cabeza del dragón empezó a luchar contra las demás para ver cual se comía la oveja, y así se fueron matando una tras otra hasta que al final solo quedó una, como esta cabeza de dragón ya estaba muy cansada por haber sobrevivido a las otras, fue muy fácil para nuestro amigo matarla con su espada.

Al ver aquello toda la gente del pueblo empezó a abrir puertas y ventanas y a coger en brazos al héroe que había matado al dragón que durante muchos años había tenido amenazado al pueblo. Sonaban gritos de alegría por todas partes, y empezaron a oírse trompetas que anunciaban la llegada del rey.

El rey le agradeció el haber matado al dragón y le dio la recompensa que había prometido durante todo ese tiempo, la mitad de su reino y casarse con su hija.

Aquella misma tarde se celebró la boda.

A la mañana siguiente cuando el primer hermano se despertó desde el castillo junto con su esposa, al asomarse a la ventana se fijó en un hermoso castillo que se veía a lo lejos y preguntó

—¿Qué es ese castillo que se ve allí a lo lejos?

—El Castillo de “Irás y no volverás” — respondió ella – Todos los que han ido nunca han vuelto, de ahí su nombre.

—Pues yo iré y volveré — dijo el valiente hermano.

Así que cogiendo su espada, su caballo y su frasquito de agua mágica partió rumbo al castillo de “Irás y no volverás”.

Iba tan alegre montado en su caballo cuando se encontró a una ancianita en mitad del camino, se bajó del caballo y la preguntó:

—Perdone señora ¿Sabe usted como se llega al castillo de “Irás y no volverás”?

La anciana respondió:

—Claro que se cómo se llega, pero tengo mucho miedo de tu caballo, de tu espada y de ti , así que si quieres que te diga el camino, debes de atarte junto con ellos con uno de mis cabellos.

El pensó que estaba loca, pero si quería llegar al castillo debía hacerle caso.

—De acuerdo — respondió.

La anciana le dio uno de sus cabellos, que era larguísimo, y con él ató, y bien atados, al caballo, a la espada y a sí mismo. Cuando ya no podía moverse de las ataduras la ancianita dijo:

—¡¡¡Que mis pelitos se conviertan en cadenas!!!

Y por arte de magia el hijo del pescador se quedó encadenado y fue llevado prisionero por la ancianita, que no dejaba de ser una bruja disfrazada, al castillo de “Irás y no volverás”.

Mientras tanto, muy lejos de allí, el agua del segundo hermano empezó a volverse turbia y supo que tenía que ayudar a su hermano, el agua mágica le indicaría el camino.

Días mas tarde llegó al pueblo de donde había salido su hermano, una vez más se abrieron, de par en par, todas las puertas y ventanas. La gente del pueblo pensaba que el príncipe había regresado de aquel castillo del que nadie volvía e hicieron una gran fiesta. Como ambos hermanos se parecían tanto, el segundo hermano que era muy listo, prefirió no decir nada para así averiguar dónde estaba su hermano.

A la mañana siguiente cuando el segundo hermano se despertó desde el castillo junto con la esposa del primero, al asomarse a la ventana se fijó en un hermoso castillo que se veía a lo lejos y preguntó.

—¿Qué es ese castillo que se ve allí a lo lejos?

—Ya me lo preguntaste hace unos días, es el castillo de “Irás y no volverás” – respondió ella –Todos los que han ido a ese castillo nunca han vuelto, excepto tú.

—Pues tengo que volver — dijo el hermano listo.

Así que cogiendo su espada, su caballo y su frasquito de agua mágica partió rumbo al castillo de “Irás y no volverás”.

Iba tan alegre montado en su caballo cuando se encontró a una ancianita en mitad del camino, se bajó del caballo y le preguntó:

—Perdone, señora ¿Sabe usted como se llega al castillo de “Irás y no volverás”?

La anciana respondió:

—Claro que sé cómo se llega, pero tengo mucho miedo de tu caballo, de tu espada y de ti, así que si quieres que te diga el camino, debes de atarte junto con ellos con uno de mis cabellos.

Pensó que si quería saber dónde estaba su hermano no le quedaba otro remedio que hacerlo, pero no se fiaba de aquella ancianita, así que pasó el cabello por varias parte hasta que pareció que ya estaba todo anudado y entonces fue cuando lo ancianita dijo:

—¡¡¡Que mis pelitos se conviertan en cadenas!!!

Pero como no estaba atado las cadenas cayeron al suelo y la bruja quedó al descubierto. El segundo hermano la apuntó con la espada hasta que la bruja le confesó donde estaba su hermano y luego la mató para que no volviera a atacar a nadie.

Cabalgó raudo y veloz hacia el castillo y entró dirigiéndose a las mazmorras. Allí se encontraba su hermano, pero tenía un guardián, un ogro que la bruja había escondido ahí desde que había nacido y que no conocía el exterior, tan solo la oscuridad de la mazmorra. El ogro le hizo un ofrecimiento por la libertad de su hermano

—Si consigues traerme siete cosas que yo no haya visto jamás, le liberaré, si no me comeré a los dos.

Como era muy listo lo tuvo muy fácil, subió al ogro al castillo, después de quitarle los grilletes, y desde una ventana le mostró muchísimas cosas que el ogro no había visto jamás, el sol, la luna, las estrellas, el cielo, la vegetación, los animales y sobre todo lo más importante, la última cosa que le enseñó fue la libertad, el ogro era libre y podía ir donde quisiera.

El ogro muy agradecido liberó a su hermano, y se quedó como dueño del castillo.

Después cada uno volvió a tomar su camino.

To be continued…

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About Galiana

Escritora, bloguera, podcaster, enamorada de todo lo que huele y sabe a Cultura
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3 Responses to …Y Cía @yuris76g Los cuentos de tradición oral: El castillo de Irás y no volverás (I)

  1. Avatar de JM Vanjav JM Vanjav dice:

    Vaya encima continúa 😂😂👍🏼

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