Ante determinadas cuestiones mi abuela siempre me decía:
—No te signifiques, pase lo que pase, tú no te signifiques.
Por aquel entonces yo era una niña, ni siquiera entendía el significado de ese verbo. Tan sólo sentía miedo al oír los gritos de mi vecino a través de la pared del salón de mi casa seguidos del llanto desconsolado de mi vecina. Después sentía alivio al ver que mi padre no hacía lo mismo.
Siendo adolescente coincidí con mi vecina en el ascensor. Ella llevaba un hematoma en un ojo que trataba de ocultarme. Mi abuela ya no estaba con nosotros, le comenté a mi madre lo que había visto.
—Se prudente, hija, se prudente. No te metas donde nadie te llama.
Le hice caso. Por aquel entonces pensaba que las madres lo sabían todo.
Hoy llegué a casa del trabajo. La policía estaba en el portal. Pregunté qué había pasado. Un vecino había agredido brutalmente a su mujer. Él estaba siendo detenido, ella iba camino al hospital con escasas posibilidades de sobrevivir.
Mientras subía en el ascensor pensé en mi abuela, en el verbo significarse, en mi madre y su prudencia, en mi vecina. Tuve claro que significarse equivalía a cobardía y prudencia era sinónimo de indiferencia.
Galiana
Eran cosas que ocurrían en muchas ocasiones, no solo a nivel de maltrato, sino a todos los niveles, no involucrarse era evitarse problemas, pero no evitabas problemas, simplemente los ignorabas o tratabas de ignorarlos, ya que los problemas estaban ahí y nadie le ponía remedio, ni siquiera la justicia, lo que pasaba de puertas para adentro se quedaba entre las cuatro paredes.
Por eso sea llegado al nivel que se ha llegado, por hacer como que no pasa nada.
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La cuestión es: Hemos superado ese nivel o seguimos mirando para otro lado?
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Seguimos mirando a otro lado mayormente, no tanto como antes, pero seguimos haciéndolo en la mayoría de los casos.
Lamentable pero cierto. 😦
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Un día para empezar a no hacerlo quizás?
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Alguno ha de ser el primero, por qué no este
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Alguno será
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Seguimos evitando la mirada, sin meternos en nada. ¿Quién llama? Cuando los gritos están en alza. No morirían tantas, si los vecinos llaman.
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Llamar o llamar, ese es el dilema de muchos
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Algo se ha conseguido, pero me temo que tendrá que pasar mucho tiempo para conseguir la igualdad.
Me ha gustado mucho tu articulo
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Muchas gracias, 😘 😘 😘
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Estupendo relato.
Sólo te faltó la desidia.
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Muchas gracias, 😘 😘 😘
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La indiferencia duele, si sientes que a nadie le preocupas, te desmoronas.
Y la cobardía es la madre de muchos de los males que sufrimos cada día. Es hora de levantar la voz sin importar la etiqueta que se nos ponga o lo que nos pueda pasar. Basta de mirar para otro lado, a eso se le llama complicidad.
Un abrazo.
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Muchas gracias
😘😘 😘 😘
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A pesar de que encuentro que este es un tema complejo, esta vez estoy plenamente de acuerdo con tus conclusiones. Aunque sigue siendo complicado.
Es un placer leerte.
Alberto Mrteh (El zoco del escriba)
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Gracias, 😘 😘 😘
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