En este país lo que más nos gusta es hacernos la víctima, como si fuera un oficio, una profesión, cuando esto es algo mucho más serio.
Ser víctima del terrorismo, de la violencia de género, de los delitos de odio, de abusos a menores… no es comparable a todos esos personajes que pululan por los medios de comunicación lloriqueando que son víctimas de abandonos de sus parejas, de divorcios infinitos en el tiempo, de hijos que no les entienden, de padres que no quieren reconocerles como hijos suyos…
No es que haya víctimas de primera y de segunda, es que hay víctimas. A otros les gusta dar lástima, vivir a costa de ir contando sus penas.
Galiana
El problema es que el gore moral sigue vendiendo en este país.
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Se vende todo, se compra de todo
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