Seamos claros, sé que estás como loco por saber acerca de mí, por sonsacarme todas esas cosas que a nadie le he dicho y que por alguna extraña razón debo confesarte a ti.
No es por desilusionarte ni por chafarte el plan, pero quiero que te vayas haciendo a la idea que no entra en mis planes contarte nada. No es que no te quiera contar, es que me parece irrelevante todo aquello que yo te pueda decir.
No sé qué puede tener de interesante que conozcas el lugar de mi nacimiento, salvo que quieras hacer del mismo un lugar de peregrinación. Francamente, seguro que conoces cincuenta mil sitios con mucha más historia, así que por mi parte como si te inventas que nací en éste o en otro territorio.
Respecto del año en que vine al mundo es un dato del que puedes prescindir sin ningún problema. Con un poco de maquillaje pasaría perfectamente por alguien de treinta y pocos, y lo digo sin vanidad. De hecho los mismos ungüentos aplicados de otra manera te podrían hacer creer que soy septuagenaria. No soy ni lo uno ni lo otro.
Respecto de si tengo pareja o no, me vas a perdonar pero no es de tu incumbencia salvo que quieras tener un affaire conmigo. En ese caso te aviso, nunca he sido ni celosa, ni egoísta, ni mucho menos posesiva. Así que si me apetece que pasemos un rato divertido ¿por qué no?, la vida son dos días y hay que aprovechar el tiempo que nunca se sabe.
¿Qué más podría interesarte de mí?
No se me ocurre nada. Doy por sentado que mi profesión la conoces, ya que has venido a entrevistarme. Lo haces porque escribo historias, relatos, cuentos, llámalo como mejor te convenga, al fin y al cabo todas estas palabras son sinónimas y no tengo preferencia por ninguna de ellas ya que todas definen lo que hago.
Lo verdaderamente importante del arte de las palabras es la forma de combinarlas. Reflexiona, eres capaz de afirmar que toda esta entrevista sucedió bajo las sábanas de un hotel, o es tan solo producto de tu imaginación porque nunca nos hemos visto ya que jamás acepté dejarme entrevistar por ti.
Galiana
GalianayCía. 
No se si es un relato o un reproche hacía alguien en concreto. El caso es que más no puede pedir, ya que le has contado todo y más de lo que necesitaba saber.
Saludos,
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Dejémoslo en que es un relato, yo no soy de reprochar a nadie y menos en público. Coincido contigo en que le he dado bastantes explicaciones.
Saludos.
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Siempre es ficción
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🙂
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Esperando estoy que me hagas una entrevista
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No soy buen entrevistador. Pero todo es ponerse.
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Te dejo hasta que me hagas sesión de fotos
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Jajaja. Dejame que prepare las preguntas, lo de las fotos es mas complicado.
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Pero qué traes tronchos o berzas?
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Como? Me he perdido. Ilustrame.
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Nunca has jugado a eso de que traes tronchos o berzas?.
Es un juego infantil
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No, no lo había oído nunca. De que va, soy muy curioso, además de infantil.
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Pues era un juego infantil que te preguntaban que traías y según lo que trajeras te tocaba pocharla (perder) o te salvabas
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Si. Se a que te refieres. Aunque no lo conozco.
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El que hacía de madre siempre hacía trampa
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Que raro. Jugar con trampas.
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Conoces a alguien que juegue sin trampas?
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Um déjame pensar. No, no conozco a nadie mayor de 5 años que no las haga.
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No conozco a nadie que juegue sin hacer trampas
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En realidad alguna vez me he preguntado muchas de las cuestiones que te parecen irrelevantes, pero nunca me habría podido imaginar ser respondido en una entrevista debajo de las sábanas aunque la imagen no desmerece. Saludos.
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Muchas gracias pero recuerda que siempre escribo ficción
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Por supuesto, lo tengo en cuenta…
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Gracias
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Esperando estoy tu entrevista
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Anotado queda…
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Pero siempre ten en cuenta que los escritores tenemos una imaginación desbordante
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E ilimitada…
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Siempre tenemos la respuesta perfecta para la pregunta inoportuna
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Solo es cuestión de pedir una entrevista
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Entre las sábanas se pueden hacer entrevistas muy jugosas.
Besos
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Eso parece
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Me ha parecido que era un control policial a una escritora que se imagina que está siendo entrevistada. Me gusta cómo me arrastras a tu mundo.
Alberto Mrteh (El zoco del escriba)
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Muchas gracias
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