Los escritores tenemos una extraña afición, nos gusta plasmar la realidad en nuestros relatos con toda su crudeza. Lo que sucede es que cuanto más normal es la situación que pretendemos recrear, cuanto más queremos que se ajuste a la realidad, menos lo logramos. No lo conseguimos porque en nuestra imaginación lo vemos todo perfecto, pero hacer que funcione sobre el papel no es tan sencillo. El motivo de complicarnos tanto estriba en que solemos olvidar los detalles, ésos que logran que el lector pueda sentir que lo que lee podría pasarle en la aburrida, monótona y gris vida que lleva.
Ya me estoy perdiendo como si esto fuera un cursillo acelerado para escritores, cuando de lo que se trata es de que tú como lector me saques del embrollo en el que estoy metida.
El siguiente relato estoy segura que tiene algún que otro error por culpa de descuidar los detalles. Gracias a tus dotes de observación seguro que consigo eliminarlos, ¿cuento contigo?
Imaginemos que somos una pareja de treinta y tantos. Vivimos en una casa en mitad de la nada, rodeados por un muro de piedra, con su hiedra correspondiente, que nos aísla del resto del mundo cuando así nos parece. Los vecinos más cercanos hay que ir a visitarles en coche, o dando un paseo de ésos que más que una caminata es casi una excursión.
Tenemos dos hijos de 9 y 8 años respectivamente. Al mayor le han invitado sus compañeros de clase a una fiesta de pijamas infantiles, con motivo de un cumpleaños. El pequeño al verse sin su hermano armó una zapatiesta importante, el psicólogo dice que tiene mucho carácter, con lo que al final ambos pasarán la noche fuera. No hay que ir a recogerlos hasta la media mañana del día siguiente, que es sábado.
Los abuelos paternos suelen pasar los fines de semanas en la casa. Disfrutan de la compañía de los nietos y, por supuesto, de la pareja. A qué negarlo, la abuela cocina de maravilla, y desde que el abuelo se ha hecho cargo del jardín los cuatro rosales mal plantados parecen otra cosa, el césped no tiene calvas amarillentas, y la enredadera de la valla no tiene zonas parduzcas.
Casualmente este fin de semana están fuera. Un viaje con otro matrimonio de jubilados al valle del Jerte. En esta época están los cerezos en flor y es un espectáculo que nadie debería perderse.
Los abuelos maternos viven a 600 kilómetros. Ya tienen cierta edad y no viajan. La pareja y los niños pasan unos días en las vacaciones de verano junto a ellos.
Son conscientes que tienen la casa para ellos solos. Han decidido aprovechar el tiempo con una cena para dos, una luz tenue, una música apropiada, y lo que tenga que llegar ya llegará. Es un plan perfecto para un viernes por la noche. Mucho mejor que encargar pizza y ver la tele en el sofá con los niños que es lo que suelen hacer.
Él tiene la misma buena mano para la cocina que su madre. A ella lo de los fogones ni le llama, ni le gusta. En lo que él prepara la cena, ella se da un baño relajante, de ésos que medio te quedas dormida porque sabes que no escucharas a dos diablillos pelearse constantemente al otro lado de la puerta.
Tras el baño va a la cocina. Lleva puesto una prenda poco apropiada para sentarse a la mesa a cenar.
–Iba a preguntarte si vamos a cenar pronto, pero me parece que quieres hacerlo algo más tarde– le dice él con tono pícaro.
Ella deja caer la prenda que cubre su cuerpo. Él se quita el delantal, apaga la vitrocerámica. Camina hacia ella mientras se va desabrochando los pantalones. Ella permanece quieta. Él se coloca frente a ella. Deja que le quite la ropa mientras se besan, abrazan…
–¿Vamos al dormitorio? – le pregunta él.
Ella le señala la mesa de la cocina con el dedo.
– Tú mandas. No sabes lo harto que estoy de siempre en la cama y de tener que echar el pestillo del cuarto.
Ella se sienta en el borde de la mesa, con las piernas colgando por el borde. Con el dedo índice le invita a acercarse. Se tumba boca arriba. Él se coloca entre sus piernas. La agarra por las caderas hasta colocarla en el punto exacto.
En el preciso instante en que están ajenos a todo escuchan una voz que dice:
–Hola.
¿Quién acaba de hacer acto de aparición en la cocina interrumpiendo una noche de sexo salvaje? ¿Qué detalle he olvidado escribir para que esto no le sucediera a la pareja?
Galiana
Pero el/ la intrus@ tenía llaves o es q dejaban la puerta abierta? Lo digo porque si tiene llaves es alguien de confianza y si no un caradura q pasaba por allí. Jaja
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Muchas gracias, Ana por ayudarme a no dejar las llaves a nadie de mi casa
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No se menciona si son hijos únicos. Puede ser que algún herman@ de la pareja que suela estar viajando por el mundo, decidiera ir a hacer una visita sorpresa durante su fin de semana libre. Cuando llega se da cuenta que la puerta está entreabierta y….. Entra sigilosamente y dice …. Hola…
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Se unirá a la fiesta?
Mil gracias por la aportación
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El abuelo a regar el jardín antes de ir al jerte
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Comprometida solución ver en tal tesitura a tu hijo.
Mil gracias por colaborar
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Se miran extrañados..¿de quién es esa voz?
Hacía tiempo que no la escuchaban.
¿Como podía estar sucediendo?
¿quién le había dado llaves?
La expresión de sus caras era un poema no solo les había fastidiado la noche sino que después de oír su voz comenzaban los recuerdos y sentimientos olvidados…
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Mmmmmm.
Suena a que la juerga va a seguir.
Muchas gracias por abrir una puerta con una nueva posibilidad.
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Los padres que cuidaban al hijo que montó la zapatiesta no han aguantado más y sin dudarlo se lo devuelven. Como son unos descuidados se han dejado la puerta abierta , y como hay confianza suficiente, los amigos pasan sin llamar. Y al traste con los planes
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Al traste con los planes o se suman a ellos?
El niño con un vídeo juego.
Gracias por detectar un detalle
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Van a ser los abuelos maternos!!! que aunque viven lejos han decidido ir a dar una sorpresa… y la sorpresa se la han llevado ellos. ¿No tenían plan, no? Y la madre suele tener la llave de la casa de las hijas….
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Parece que han sido ellos los sorprendidos.
Un detalle encontrado y justificado, mil gracias
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Como todos los viernes encargan una pizza, son clientes habituales y se han olvidado anular el pedido por lo que es el pizzero con el pedido semanal.
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El pizzero se une a la a fiesta o solo deja las pizzas?
Muchas gracias por la novedosa y suculenta aportación
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El ha querido darla una sorpresa para sacarla de la monotonía y ha contratado a una parejita boy-escort para compartir con ellos nuevas experiencias que no pueden vivir con los hijos en casa
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Un cuarteto a la hora de la cena.
Mil gracias por colaborar
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Por cierto el psicólogo podía haber diagnosticado algo más profesional
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Algunos se sacaron el título en la tómbola
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Las casas rurales de este tipo siempre me retrotraen a cuando leí hace años ya El amante de Lady Chatterley. Así que opto por el jardinero, no excesivamente alto, pero si cuadrado, vestido sólo con un mono vaquero debajo del cual lleva el torso desnudo y que, como ya ha preguntado Galiana en varias de sus respuestas, sin que nadie la haya recogido el guante, repasa con su mirada a la mujer descaradamente, recordad que está en pelota picada y muy probablemente bastante húmeda después del coqueteo con su esposo, el cual repasa también descaradamente con su mirada al jardinero, dando a entender que le ponen como una moto tanto su mujer desnuda como el poderoso bulto que destaca en la entrepierna del recién llegado.
Rematad la escena como mejor os plazca, tres cuerpos desnudos, energía sexual y libido desatadas entre todo el mundo, las combinaciones de tres elementos tomados uno a uno, dos a uno, dos a dos o tres a tres, todo espolvoreado con harina impregnando la sudorosa piel desnuda en la calurosa cocina donde se desata la acción, y muchos fluidos derramándose e intercambiándose entre jadeos y gemidos ininteligibles.
Me gusta tu relato de hoy, Galiana 😉
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Un trío con el jardinero rebozados en harina sobre la mesa de la cocina.
Los tríos siempre dan mucho juego.
Gracias por la nueva vía que has abierto
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Algún hermano o hermana de uno de ellos
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Le unimos a la fiesta?
Gracias por colaborar
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Ok, así se refieran los lazos familiares 😉
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Un buena unión familiar
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No es nada, el móvil con uno de esos tonos de llamada grabados que suelen darnos cada susto… Se apaga y que siga la juerga.
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Pues que siga la fiesta.
Muchas gracias por colaborar
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Creo que es el hijo pequeño. El de la pataleta. He releído y no he apreciado qué pasa con el. Creo que no se especifica con quién se va o con quién se queda. Para mí que se olvidan de él y permanece en el domicilio. Un saludo
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El hijo pequeño va con su hermano de cumpleaños. Se suponen que están solos en casa.
Un saludo
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¡Ah vale! No me había quedado claro. Disculpas por no poner tilde en «él» en el comentario anterior. Cosas del corrector.
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Estos correctores
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Tal y como redactas la descripción de la casa, parece inaccesible ( solitaria , muro de piedra y gran hiedra … Tal situación les aísla del mundo cuando y cito literal » …así nos parece».
Creo q no están solos porque están viviendo una situación ideal q no es tal.
Y están rodeados de los que habitualmente les rodean.
Ha podido ser cualquiera de ellos.
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Interesante la propuesta de poder ser cualquiera pq nadie se ha ido.
Gracias por colaborar
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Creo que querían que se sumara algún amigo y redondear la faena ¿faena?, jejeje
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Muy torero estás tú hoy.
Gracias por sumar una opinión más
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Siempre me ha parecido curioso como mucha gente que cuenta con servicio en casa obvia a quien trabaja en la misma. Por eso mismo yo opto por la chica que se encarga de mantener vivo el jardín y a raya la hiedra del muro de piedra. Que se una a la fiesta o se quede mirando… ya depende de cada cual 😉
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Otro más que se apunta a que el servicio es inoportuno.
Muchas gracias por colaborar
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Un policía que hacía la ronda de noche, y al ver luces encendidas mira por la ventana y al ver el «espectáculo» se presenta con un «HOLA» de cortesía y de «DESEO» de incorporarse a la FIESTA.
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Un policía en una fiesta privada, se pone interesante.
Muchas gracias por la aportación
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Como viven solos y apartados no tienen costumbre de cerrar la puerta. La persona que llega puede ser el padre o madre del amigo de su hijo que viene a traerlos porque se han puest enfermos.
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Se unen a la fiesta o la interrumpen?
Mil gracias por colaborar
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Ha de ser alguien de su confianza o preguntaría ¿ Hay alguien ? acompañado de un » Buenas noches » o algo así. Un hijo solo…no ! El padre jardinero !
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Vaya visión de su hijo y su nuera.
Gracias por participar en esta nueva aventura
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Yo creo que los abuelos paternos. La casa aislada se encuentra en el entorno del valle del Jerte y como les pilla de pasa, las dos parejas de jubilados aprovechas para hacer un alto en el camino y reposar sus posaderas cansadas, antes de continuar con su aventura.
Al comenzar a leer tu introducción, me ha venido a la cabeza la «comunicación»: emisor, receptor, mensaje, medio de transmisión, encriptación, codificación. Son variables perfectamente ajustadas y acotadas para garantizar el establecimiento de la comunicación entre DOS «puntos», pero cuan difícil es conseguir que todas estas variable -son las mismas- estén perfectamente definidas para que el lector -receptor- consiga y perciba las sensaciones que quiso plasmar el autor -emisor.
Fantástico Galiana
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Muchas gracias Guillermo
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Pienso que es un ladrón. Entra con la intención de sorprender y al ser él el sorprendido lo único que se le ocurre decir es ¡hola!
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Tenemos un ladrón en casa!!!!
Con invitación a la la «fiesta» o mejor él tiene sus propias ideas?
Mil gracias por participar en estos tinglados
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Está difícil la cosa, pero allá va:
Casi aislada, los abuelos paternos pasan allí los fines de semana (ocupándose el abuelo del jardín) aunque este finde tienen planes fuera… Además, por el principio del relato se sabe que es viernes por la tarde o noche.
Debo suponer que el detalle a echar en falta es la aclaración de quién se ha hecho cargo de llevar a los hijos a donde sea que van a pasar la noche hasta el día siguiente. Así que, por imaginar, imagino que los abuelos han llegado a la casa ese viernes por la tarde y la abuela ha llevado a los niños al lugar donde estaban invitados mientras el abuelo se quedaba cuidando los rosales. Obviamente, el abuelo ha entrado a la cocina donde se inicaba la faena a coger un botellín y ha soltado ese ¡hola! por no exclamar ¡mecagoenlamadrequemepario!
Un beso.
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El abuelo un inoportuno, pero ninguno de los tres lo va a olvidar.
Besote enorme
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