Algunas veces, alguno de nosotros caemos en lo que ellos llaman el lado oscuro. Lo denominan así porque no lo entienden y, como todo lo que no comprenden, les asusta. Tanto terror les causa que osan pintarlo de negro para con ello apagar su luz, y una vez lo han eclipsado lo esconden donde nadie pueda jamás encontrarlo.
A algunos de ellos, en un alarde de lucidez, les dio por ponerle un nombre al lugar donde nos enviaron. Su argumento se basaba en que todo debe ser etiquetado y clasificado, para poder guardar un orden que les preserve del caos, que les evite caer en la anarquía. A ese espacio tan infausto como desagradable, no delimitado por paredes sino por palabras hirientes, por desaires y desprecios calculados, lo llamaron locura. Nos transformaron por consiguiente en orates, encerrándonos allí como apestados.
Algún día, probablemente, el que considerarán el más demente de los nuestros les hará entender que gracias a nuestra enajenación pueden disfrutar de lo que han venido en llamar cordura.
Galiana
Algunas veces la furia de los acontecimientos pasa por lo que llamamos locura, pero en realidad es como tu dices verdadera cordura. El lado oculto visto desde el otro lado,
Me encanta, este magnífico escrito.
Enhorabuena, es perfecto,
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Solo un orate sabe lo que es la vesania
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