La abeja entró en el interior de la flor dispuesta a libar de la misma. Por el rabillo del ojo descubrió que estaba allí escondida en un rincón, no se sorprendió al verme, tan solo dio media vuelta y me ignoró.
Galiana
La abeja entró en el interior de la flor dispuesta a libar de la misma. Por el rabillo del ojo descubrió que estaba allí escondida en un rincón, no se sorprendió al verme, tan solo dio media vuelta y me ignoró.
Galiana