Desde tu libertad decidiste ser esclavo te encadenaste a mí. Cada vez que te las quito me ruegas hincando las rodillas que te las vuelva a colocar. Hoy te he mirado a los ojos y he comprendido que sin ellas te sientes desnudo, indefenso. Al besarte he podido sentir cómo las cadenas te dan la vida y sin ellas a duras penas logras sobrevivir.
Galiana
Desde que leí tu primer Twitter me enganchaste con cadenas Irrompibles.
Este microrelato habla de mí.
Soy tu admirador más esclavo, Galiana.
Besos llenos de adoración.
Me gustaMe gusta
Gracias por tus palabras
Me gustaMe gusta