Lo llevaba siempre consigo como su mejor tesoro. Si le preguntabas, su respuesta era: «Algún día, niña, algún día». Llegó ese día. Todo se redujo a un pétalo de rosa seco y a algún oscuro y jamás desvelado secreto.
Galiana
Lo llevaba siempre consigo como su mejor tesoro. Si le preguntabas, su respuesta era: «Algún día, niña, algún día». Llegó ese día. Todo se redujo a un pétalo de rosa seco y a algún oscuro y jamás desvelado secreto.
Galiana