En el PSOE no tienen muy claro a qué juegan, entendiendo por jugar los tejemanejes que se traen con el tema de la elección al cargo de Secretario General del partido.

Da lástima ver como el principal partido de la oposición se autodestruye de este modo, cierto que tienen la esperanza de renacer cual Ave Phoenix.

En el PSOE, de momento, hay dos candidatos que representan como nadie la lucha por el poder sin paliativos encarando este proceso como una elección entre la “vieja guardia” que lleva en la ejecutiva desde el 82 prácticamente y luchó, entre otras cosas, por la legalización del partido, y la “sangre nueva” representada por los que nacieron en la generación de los 60 y no tuvieron que luchar por la democracia e incluso cuando ingresaron en el partido ya gobernaba Felipe González.

El problema del método de enseñar el “making off” pone en evidencia las disputas internas en las diferentes federaciones provinciales y a los votantes, que no los militantes, no terminan de aceptar el ver “las tripas” del entramado porque les resulta algo desagradables comprobar cosas como…

Que en Madrid nadie quiera a Tomás Gómez pero Lissavetzky tampoco sea del agrado de la agrupación madrileña. El primero ya sabe lo que es no contar con los apoyos de la ejecutiva de ahí que no se postule por Rubalcaba o por Chacón de un modo claro aunque todos saben que con el uno tonterías las justas y respecto de la otra prefiere esperar los acontecimientos. Lo del anterior Secretario del Deportes es simplemente una cuestión de actitud, es de esos que hace y dice lo que diga el partido quizá porque debe más favores de los que puede pagar o simplemente porque su estilo es “estar a la orden”.

Que lo de Valencia mejor ni comentarlo, allí el PSOE ni está ni se le espera porque con la que le está cayendo al PP y los socialistas siguen sin caer en gracia a los valencianos.

Que en Andalucía la historia adquiera tintes de tragicomedia dado que las elecciones autonómicas son el 25 de marzo donde Griñán y los suyos se ven fuera del gobierno por primera vez en 30 años más por deméritos propios que por méritos de Arenas.

Entre tanto los Barones no saben a qué quedarse, ahora que ya no tienen poder territorial sus alianzas no son tan fundamentales como antaño y quien más quien menos quiere seguir en “la pomada”, salga quien salga, elegido como Secretario General.

La guerra en el PSOE está más que servida y en el PP mientras tanto se frotan las manos cuanto más tarde el partido mayoritario de la oposición en tener sus asuntos concluidos más pueden gobernar a bandazo limpio sin que nadie abra la boca para repiar lo más mínimo.

La única solución para que unos y otros reaccionen es que las andaluzas no les otorguen todo el poder al PP, como esto pase que los dioses se apiaden de nosotros.

Galiana