Halloween o Todos los Santos

Halloween la fiesta que hemos incorporado de los americanos, pero para lo que hoy nos ocupa seguir la tradición española de la “Noche de Todos los Santos” no supone un cambio alguno. Tanto en la versión yanqui como en la nuestra es tiempo de historias de terror, de angustia, de suspense y eso es lo que nos disponemos a hacer. Vamos a contar una historia de miedo protagonizada por una familia.

Los protagonistas de nuestra historia celebra Halloween a diario porque cada día viven la misma rutina, están inmersos en un bucle diabólico del que no pueden salir.

Comencemos el cuento para no perdernos en detalles; los hijos irán a la escuela sin desayunar no porque se levanten tarde sino porque no hay dinero para leche, por la misma razón no llevarán como otros niños el almuerzo a clase, harán una comida gracias a que le ha sido concedida una de las pocas becas de comedor; si tienen la osadía de vivir en una CA donde no existe la gratuidad de los libros de texto el profesor le prestará los de la biblioteca del Centro Escolar en incluso se los habrá fotocopiado para que pueda seguir las clases como los demás.

Dejemos el tema niños que luego nos acusan de enfocarlo todo hacia la parte más sensible, como si quisiéramos buscar la lágrima fácil y esa no es nuestra pretensión.

Mientras los hijos de nuestra familia asisten a sus clases los padres se patean las calles, los polígonos industriales buscando un trabajo que no encuentran.

Al hombre, dejando a un lado los estudios que ya de por sí limitan, le rechazarán una vez pasados los 45 años porque le considerarán demasiado viejo para el mundo laboral. La mujer, no vamos a entrar en la discriminación por su condición de sexo porque esa es otra historia, si tiene niños pequeños la rechazan por ello y si los tiene de cierta edad pasará de los 40 años y se le aplica el mismo rasero que al hombre; como solución buscará lo que se llama “hacer casas” pero las familias de clase media se aprietan tanto el cinturón que han tenido que suprimir tener una asistenta por horas para limpiar.

Al caer la noche, los niños harán sus tareas escolares y no protestarán por irse a la cama sin cenar; los padres se acostaran, con los estómagos vacíos intentando mantener la calma, aferrándose a una fe que se acaba y a una esperanza que perdieron hace tiempo.

Lamentablemente lo que acabamos de relatar no es un cuento inventado para la noche de Halloween, es la vida de una familia española de las que conforman la escandalosa cifra de 1.420.000 hogares donde no hay ningún ingreso, donde la EPA les dice que tienen que aguantar en esas condiciones por lo menos hasta que pase el primer semestre de 2012 y luego ya veremos.

Como dijimos al principio la dicotomía entre Halloween o Todos los Santos para casi un millón y medio de familias es lo de menos.

Galiana

Acerca de Galiana

Escritora, creativa
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