Seguimos inmersos en temas de economía, a vueltas con esta crisis que las grandes potencias se tomaron hace tres años como algo pasajero y ha resultado que llego para quedarse durante más tiempo del que hubiéramos deseado.

En esta crisis en la que tanto EEUU como la UE van dando palos de ciegos para tratar desesperadamente de salir de ella como sea se impone la teoría conspiranoica de vivir en una sociedad al estilo Matrix, sí esa película donde todo es controlado por algo o por alguien que está por encima del todo y de la nada.

Los mercados bursátiles son realmente quienes hacen que un país como Grecia esté en quiebra no oficial pero oficiosa y que las que se suponía grandes potencias económicas no sean capaces de solucionar con cierta dignidad el problema, no pudiendo hacer nada por evitar que el desastre heleno les arrastre por completo. ¿Quién le iba a decir a Alemania y a Francia que dependerían de países como Grecia?

Este desplome de la economía mundial es capaz de cambiar el sistema sociopolítico de países tan influyentes como EEUU y la UE (considerándola en su conjunto como un país).

Observemos en primer lugar a los americanos, nos convencieron que Obama era la gran esperanza del futuro, pero los cambios que proponía había que pararlos de algún modo y…se admiten apuestas pero no será reelegido como Presidente de los EEUU.

En este lado del charco Bruselas parecía poder hacerle frente a los siempre poderosos americanos y desde hace tres años la dichosa crisis económica ha provocado cambios en la política de los diferentes países y socios de la UE. En Gran Bretaña las cosas empezaron a ir mal y cayó Gordon Brown pero no se solucionó el problema; en Portugal e Irlanda se cambió igualmente el color del gobierno sin que la crisis haya abandonado estos países que ya han sido intervenidos por la UE; en España el 20N cambiaremos los cromos pero la situación será la misma, el álbum seguirá sin estar completo.

En definitiva la teoría conspiranoica  que vivimos en una sociedad al estilo Matrix, lo queramos o no, toma cuerpo porque la cuestión consiste en dilucidar quién controla de verdad los mercados bursátiles, quién o qué tiene tanto poder para arrastrarnos a todos a tener que elegir entre saltar al abismo del barranco sin protección o quedarnos quietos en el mismo filo esperando que la horda de lobos hambrientos acosadores nos devore sin remisión.

Galiana