Hace unas semanas recibí una carta certificada, no suele ser habitual. El contenido de la misma consistía en unas fotografías de mi marido con otra mujer en actitud comprometida en plena calle.
Las imágenes correspondían a diversos años y estaban etiquetadas para que no hubiera dudas. Era evidente que la persona que hubiera hecho aquello necesitaba demostrarme que entre mi pareja y aquella mujer había una relación sostenida en el tiempo.
Mientras observaba las fotografías comencé a sonreír, la verdad es que la persona se había esforzado muchísimo. Visto todo el material volví a meterlo en el mismo sobre sin darle demasiada importancia.
Cuando mi marido llegó a casa no sentamos a comer como todos los días. Le saqué el sobre y se lo pasé a la hora de los postres. Ambos nos reímos bastante de la situación.
Lo primero que nos planteamos mientras tomamos el café fue quien habría estado fotografiándole poniendo tanto empeño en que yo me enterara. Debía ser alguien que quisiera hacernos daño como pareja. Alguien que nos conociera, que supiera que formamos un tándem de ésos que el uno se apoya en el otro para casi todo, y a la vez tiene una vida independiente. No somos la pareja perfecta, nunca nos hemos puesto a ello, llevamos 20 años juntos y nos va como a nosotros nos gusta con sus altos y sus bajos, lo normal.
La persona que hubiera hecho las fotos ignora que somos pareja abierta. Por lo tanto yo sé que mi marido tiene una relación sostenida en el tiempo con esa mujer. Las tres partes implicadas somos conscientes de todo. Por nuestra parte nadie más está al cabo de esta situación.
A ella la llamamos por teléfono para ponerla al corriente de la situación. Nos aseguró que es algo de los tres, nadie sabe de los encuentros los jueves alternos con mi marido, o que en ocasiones el trío es perfecto.
Nosotros dos decidimos indagar en la dirección del remitente de la carta certificada. Una agencia de detectives. Allá que nos fuimos a investigar.
La detective, al mando de todo aquello, nos informó que el encargo había sido hecho hace muchos años por una mujer muy parecida a mí. Yo nunca había estado allí. Nos enseñó las facturas, todas pagadas. Al ver el nombre de las mismas le pedimos a la detective si tenía una fotocopia del DNI. Por supuesto nos la mostró. Seguidamente yo saqué mi documento identificativo.
La detective se disculpó alegando haber sido engañada durante años con un DNI falso ya que el nombre se correspondía con mi pseudónimo como escritora, cosa que nadie sabe, la foto era la mía pero el resto pura invención de quien hubiera hecho la falsificación.
A continuación le pregunté:
—La señorita que se hizo pasar por mí y que usted tuvo a bien contratar llegó una tarde de invierno traía unas botas de montar a caballo— Ella afirmó— Llevaba un abrigo gris y lo dejo sobre la silla en la cual yo estoy sentada. —proseguí
La detective confirmó todo aquello algo estupefacta mientras mi esposo marcaba el número de la policía.
Aquello que estábamos viviendo no era más que la escenificación de un capítulo de “Matar a una detective”, mi primera novela. En la misma la detective, intentaba incriminar a una detective en el asesinato de la amante de su marido cometido por la mafia.
Galiana


Magnífico.
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Muchas gracias, 😘😘😘
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¡Genial! Me ha encantado 😚
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Muchas gracias, 💕
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Un placer, preciosa, me ha gustado muchísimo 🤩
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Mil gracias por el reblogueo
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Reblogueó esto en POESÍA JAPONESA DE ELFICAROSA.y comentado:
Magnífico relato de Galiana.
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Gracias por el reblogueo
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Me ha encantado muy lindo. abrazos
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Muchas gracias, 💕
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Me encantan tus relatos, siempre terminan con un final sorpresivo.
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Muchas gracias, 💕
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Me lo has puesto fácil esta vez Galiana. Al final fue la secretaria del marido celosa de no ser ella ni la esposa ni siquiera la amante de su jefe por quien sentía un deseo enfermizo. Era la única que desde su posición podía cotejar la agenda y enlazar las citas recurrentes con la amante, lo que ignoraba era la relación abierta y cómplice con su mujer.
Saludos 🥃🥃😎🖐🏼
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Me encanta tu final alternativo.
😘😘😘
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🥃🥃🖐🏼
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