En un tiempo record nos hemos acostumbrado a la intervención militar de Libia como si de un videojuego se tratara, le prestamos atención cuando sucede algo diferente pero el resto del tiempo es más de lo mismo.
Del tema de las radiaciones de Japón ya ni nos acordamos, y eso que se han detectados partículas en España, pero que nadie se alarme que no son nocivas para la salud.
Durante un tiempo fuimos de Libia a Japón, de Japón a Libia; entre medias algo de la precampaña electoral, pero de eso no se puede hablar hasta 15 días antes del 22 de mayo; ciertas dosis de la sucesión de Zapatero, con todos los interrogantes que ello trae aparejado; un amago de poner el terrorismo sobre la palestra por parte de la oposición para hacer el juego a los de siempre; la animación que en las últimas horas le ha puesto la visita oficial del Príncipe de Gales y su esposa la Duquesa de Cornualles…
No es normal que atravesando la crisis mundial que atravesamos, lo más destacado de la revista de prensa sean los problemas financieros del Rayo Vallecano, equipo de segunda división, que hasta la fecha es propiedad de la familia Ruiz-Mateos.
Es cierto que trabajar en cualquier empresa, incluido un equipo de fútbol, llevando meses sin cobrar no es plato de gusto para nadie, como tampoco lo es estar en el paro sin perspectiva de trabajo, o el no saber si cuando te jubiles podrás cobrar una pensión digna, o si de aquí a unos meses se impondrá el copago en sanidad o en educación.
Aguardando noticias de nuestros vecinos lusos y de cómo la UE deberá intervenir en su país como ya hizo con Grecia e Irlanda. Algunos pronostican que España una vez pasadas las elecciones será la siguiente, lo que nadie dice es si son las de mayo o se podrá aguantar hasta el 2012.
Esperando al próximo fin de semana para ver si de una vez por todas tenemos más claro el tema de la sucesión de Zapatero; o el PP continua exprimiendo el tema del terrorismo hasta límites insospechados.
Estamos en esa tranquilidad desasosegada, en el tiempo de permanecer alerta e intentar, desde la incertidumbre, estar lo más prevenidos posibles. Lo que tenga que venir, sea lo que sea, llegará. Atentos, mientras tanto, al levantamiento en Costa de Marfil donde el baño de sangre parece inevitable.
Galiana