Por fin llegó el volver a casa, entrada la madrugada, después de no sabes cuántas horas de estar sirviendo copas con la sonrisa puesta quitándote de encima a los babosos y sin que el gesto de mujer encantadora se te descomponga.
El local cerró al público hace rato, pero antes de subir al coche te toca recoger los desperdicios, los vómitos y la mierda que el personal ha ido dejando durante la juerga. Mañana cuando se abra, de nuevo, todo tiene que estar reluciente.
De camino al coche miras a un lado y a otro, no son horas de ir sola, menos por esa zona. Llevas años haciéndolo y hasta ahora siempre has tenido suerte.
Estás cansada de vivir de esa forma, pero aun así sigues. Es lo que hay, te dices cada día en el espejo.
No, no eres quien para echarme en cara que yo no quiera esa vida. Que prefiera una cita acordada para ejercer de acompañante de un hombre que no conozco de nada, un tipo que me pagará porque sonría y por aquello que hayamos acordado.
Me escupes a la cara mi falta de dignidad, me recriminas que hace tiempo no soy nada y lo terrible que te parece en lo que me he convertido.
No voy discutir. No juzgo tu forma de vivir aunque tú sí lo hagas conmigo, pero…
Querida, yo también me miro en el espejo y lo que gano en una noche es, desde hace tiempo, lo que paga las facturas de la casa en la cual vivimos.
Galiana


Escueto y directo. Es lo que hay…
Me gustaMe gusta
La vida tiene estas cosas
Me gustaMe gusta
Intrigante entrada! Digo yo, amiga mía no sería conveniente decirle a ella, que es lo que esta esperando para reclamarle que la asocie a su negocio ¿? Un cálido saludo,
Me gustaMe gusta
Tema delicado
😘😘😘
Me gustaMe gusta