Vamos con esta tercera jornada.
«El cortejo»
Gerewol
El elegido
116X89 cm
Òleo sobre lienzo
El pueblo Woodabe, compuesto por subgrupos de los fulanis y los Tuaregs, se rige por el «pulaake», con valores como la discreción, la paciencia la fortaleza y, también, la modestia, aunque cultiva la estética y se consideran el pueblo más hermoso.
Los Woodabe, basan su canon de belleza en la simetría en torno a un eje central y, vestidos, tocados y maquillaje están pensados para realzar sus rasgos.
La estética es una parte esencial de su vida cotidiana. En la Fiesta de Gerewol su expresión artística alcanza su punto culminante.
Ellas visten con tonos oscuros a diario, pero para la fiesta se adornan con vivos colores. Las dos trenzas que caen sobre su frente les aporta protección mágica. Hombres y mujeres lucen tatuajes faciales con motivos geométricos, por lo que han tenido que sufrir escarificaciones desde su más tierna infancia.
A la sombra de las acacias, los hombres se preparan para el Festival. Maquillan sus rostros con arcillas rojas y ocres.
Con el negro de huesos de garceta carbonizado o el azul ácido de las baterías se pintan párpados, cejas y labios, destacando la blancura de los dientes y ojos, rasgos muy valorados por las mujeres de este pueblo.
Estar perfectos para esta ceremonia de cortejo, exige largas horas de preparación, se les conoce como «la tribu más vanidosa del mundo».
Los jóvenes se rasuran el nacimiento del cabello para mostrar una frente más amplia. Se hacen trenzas con cintas, abalorios y conchas de cauríes. Complementan el peinado con turbantes de peluche o sombreros cónicos bordados y con plumas de avestruz.
Comienzo la fiesta, hombro con hombro, forman un círculo y con movimientos oscilantes, mueven sus collares y amuletos marcando el ritmo. Hacen muecas con las bocas abiertas y los ojos en blanco. Los círculos se van abriendo y los hombres se dispersan en filas para que las jóvenes jurado les aprecien mejor.
Después de tres jornadas de pavoneo, una joven cubierta con velo, camina lentamente hacia los danzantes y con un rápido movimiento extiende el brazo y con la mano toca el corazón de su hombre favorito. Dos adolescentes hacen lo mismo y después se desata la euforia y todos corren a felicitar a los ganadores.
La noche cae sobre la sabana esperando el festival y al elegido del próximo año.
Su mirada nunca miente.
Mil gracias por tu inspiración Arturo Lopez Illana
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Mañana cerraremos esta exposición
Chari Salcedo














