Una cita con @GalianaRgm: «Cuando el diablo no tiene nada que hacer»

Imagina que sales a correr por el parque, imagina que te encuentras una persona tumbada sobre el césped, imagina que algo casual cambia tu vida para siempre, son las cositas que te puedes suceder cuando el diablo no tiene nada que hacer.

Cuando el diablo no tiene nada que hacer

La palabra cadáver nos dilata las pupilas porque de primeras huele y sabe a muerto; no siempre es verdad. Estoy dispuesta a demostrarlo.

Esta mañana, mientras corría por el bosque, me encontré un cadáver”.

Leemos la frase y, sin necesidad de fotografía alguna, la mente imagina una persona muerta sobre un camino apto para practicar dicho deporte. Hasta aquí cadáver y muerto son sinónimos, según lo que llamamos lógica aplastante.

Añadamos algo más.

Esta mañana mientras corría por el bosque encontré el cadáver de una persona, junto al mismo había un arma”.

Con esta nueva información, cadáver y muerto podrían dejar de ser sinónimos.

Te explico.

Para empezar, ya sabemos que hablamos de una persona y no de un animal. Detalle importante que en la primera frase no teníamos.

Volviendo a la lógica aplastante, esa que nunca falla, esa que nos dice sin ser policías ni nada que se le parezca que allí de manera irrefutable se ha cometido un crimen.

En buena lid, y dado que somos unos vecinos estupendos o más bien porque hemos visto muchísimas películas y series de televisión e incluso somos adictos a los programas de true crime, ante una situación de tal calibre llamaríamos a la policía. Ésta nos pediría que no nos moviéramos de allí, y una vez llegase al lugar de los hechos nos tomarían declaración; nos dejaría marchar y se pondrían con la investigación pertinente.

Más o menos y simplificando muchísimo es como comenzaría todo.

Los de la científica suelen ser los encargados de saber si nuestra lógica aplastante estaba en lo cierto sobre si cadáver es sinónimo de muerto o no. Tratarán de averiguar si la persona, antes de ser un cadáver, tocó el arma que habíamos visto junto al cuerpo sin vida.

Sí, sí, el arma, sólo con verla, les va a decir muchas cositas más de las que a ti y a mí se nos habrían pasado por la cabeza.

Ellos buscarán huellas dactilares de la persona fallecida. En caso de encontrarlas, tendrán que averiguar si se pudo disparar de forma accidental; eso se lo dirá la posición en la que se encontró el arma. Cuidado si les mentimos y tocamos la susodicha; nos lo van a preguntar más de una y de dos veces. Más nos vale no haberlo hecho porque, como nos hayamos pasado de listillos, lo mismo terminamos siendo acusados de un crimen que no hemos cometido. Suponiendo que hayamos usado la cabeza y nuestra única heroicidad haya consistido en llamar al 091, lo único que harán los polis será comprobar que decimos la verdad.

Veamos qué pasa cuando la científica confirma que el arma no se disparó de forma accidental: ¿cadáver es sinónimo de persona asesinada? Todavía no; cabe la posibilidad de un suicidio, puesto que hay huellas del finado en la misma.

Tras las oportunas investigaciones, como comprobar si existen restos de pólvora en las manos del cadáver, se llega a la conclusión de que es imposible que la persona fallecida realizara el disparo que acabó con su vida.

Llegados a este punto, la científica tiene un cadáver y un arma que ha comprobado que no era propiedad del finado y que ha sido disparada.

El cadáver presentaba, esto todavía no te lo había dicho, un impacto de bala en la cabeza, el proyectil pertenecía al arma encontrada al lado del cuerpo.

Claramente, alguien había intentado que pareciera un suicidio, pero la trayectoria de entrada y la posición del arma en el suelo hacían imposible que cadáver fuera sinónimo de suicida.

Blanco y en botella, cadáver, en esta ocasión, significa persona asesinada; nos lo dice nuestra gica aplastante.

La policía no piensa lo mismo.

Toca llamar a la caballería porque… “Esta mañana, mientras corría por el bosque, me encontré un cadáver”. Se ha transformado en: “Esta mañana, mientras corría por el bosque, me encontré un asesinato y llamé a la policía”.

Respecto de quién es la caballería, son los de criminalística. Ellos tratarán de reconstruir con pruebas y testimonios sobre lo acontecido las horas previas de la persona antes de convertirse en un cadáver y así poder demostrar, finalmente, si realmente cadáver es sinónimo de persona asesinada.

Las pruebas las empezarán a recoger en el lugar donde tú lo encontraste. Todo lo que se lleve deberá tener un vínculo con el cadáver. Lo cual no es fácil ni sencillo. Los testimonios, si los hubiera, de las personas que le vieron con vida horas antes no son objetivos, y es aquí donde la lógica aplastante no sirve de nada, te pongas como te pongas. Es la experiencia y la intuición las que entran en juego; les ayudarán a recoger pruebas como el amor, la ira, el odio, el miedo, el dolor, la verdad… que destilen las personas con las que hablen. Los de criminalística buscan una aguja en un pajar, siempre la encuentran, es cuestión de tiempo y paciencia, pero… siempre se sientan sobre ella.

Una vez han reunido todas las piezas del puzle, es el momento para decidir si cadáver es sinónimo de muerto o de asesinato. En el primer caso, se ha terminado su trabajo, se entrega el cuerpo a la familia, se dan las condolencias y a otra cosa, mariposa. Suena frío, pero su trabajo ha concluido, no hay nada más que hacer.

Es cuando cadáver equivale a persona asesinada; cuando viene el lío, toca buscar al o los culpables.

¿Existe el crimen perfecto?

Tu lógica aplastante te dice que algunos casos la policía no los ha resuelto, es cierto. Recuerda que algunos tardan más de veinte años en resolverse, así que cuidadito con eso.

Por cierto, hoy cuando salgas al parque a correr como todos los días, ten cuidado. Si te encuentras con un cadáver en el suelo, tu mundo se te va a complicar un poquito en los próximos días. Ah, no seas capullo, hay que ser buen ciudadano.

Galiana

P.D Miles de gracias por acudir a todas estas citas de los martes, esta ha sido la última, ❤😘

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Escritora, bloguera, podcaster, enamorada de todo lo que huele y sabe a Cultura
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