Le damos la bienvenida a febrero y hoy les traigo una analogía sobre mí, de algo que viví hace varios años. Al final sobreviví a ese vaso con agua, logré liberarme, aunque de otra forma, vivo entre libros con un hermoso color sepia…pero esa es otra historia.
Analogía
Arrancaron la flor silvestre
del campo que tanto amaba,
ahora yace solitaria, abandonada
en un vasito con agua.
Añora al viento
que la mecía tiernamente,
a sus amigas, a sus hermanas
las demás flores,
a los chiquillos que jugaban
entre sus colores.
Y al sol, radiante sol
que iluminaba
su efímera existencia.
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