«Cuentos de medianoche» con Pilar Rodríguez (@PilarR1977) para leer y escuchar: «Laura»

Llegó el día del último cuento de medianoche, espero te hayan gustado, eso significará que volveré por aquí con algunos más prontito.

Aquí te lo dejo.

Laura

Madrid, julio de 1834

Despertó una vez más, otro crepúsculo igual que el anterior, sin más compañía que el olvido, callado compañero desde que abriese los ojos para descubrirse rodeada por esa oscuridad postrera jamás descrita por nacido de mujer… pues no hay vida tras la negrura de la tumba. 

Nadie la esperó fuera aquella primera vez, no hubo para ella Madre o Padre que guiasen esta particular infancia. Arañaron sus dedos madera y tierra y nació a la noche con un grito desesperado y la Sed descontrolada de una recién nacida. Aguardó por horas, bajo una madrugada de Luna creciente de final de primavera en aquel Madrid marcado por el miedo y la enfermedad; aguardó, encogida sobre sí misma, los ojos cerrados y las palmas abiertas contra los oídos, pues la noche y sus miles de voces la hirieron, tan nítidos para ella el susurrar del viento como los pasos de la gata preñada que la contempló con desdén de deidad antigua antes de seguir su camino.

Nadie halló para recordarle siquiera el nombre que portase en vida, nadie que aclarase la tiniebla de su última memoria: el destello nebuloso de un mar de camas blancas e incongruentes ojos rojos…y esa voz, helada, suave como la más pura seda, ese peso sobre su pecho, “Dios no debería permitir que algo tan bello se pudra…”.  

Después, la nada. 

Mató, sedienta y al borde la locura, ya la Luna llena, tres noches después de renacer, acariciada por una brisa con perfume de violetas y sangre. Nunca supo la niña el nombre del desgraciado cuya cabeza casi arrancó tal era su ansía; nunca supo qué poder o qué instinto guiaron sus actos: sólo existía la Sed y sólo había una forma de saciarla. Y no existían culpa o lamentos, tan sólo la mórbida fascinación de una chiquilla ante un ataúd de madera, lustroso aún, arrancado de la tumba y el cadáver destrozado de lo que fuese una vez un hombre. 

— ¿Otro? —, dibujada entre unos labios callados desde otra vida, su primera palabra.

Golpeó la madera, sin sentir las astillas que le destrozaban la piel hasta que la tapa se quebró y se reveló a su mirada el cuerpo flaco y castigado por el cólera de una mujer, hermosa una vez, pero ya acompañado del aroma de la muerte. La zarandeó, pero no despertó la desgraciada, pues no despiertan los muertos a pesar de las súplicas y la desesperación de los vivos o de los que aún moran en las sombras.

— Sola — sollozó, profanada la perfección de su rostro por inhumanas lágrimas de sangre.

Asomó entonces la Luna entre el nublado, única luz, única Madre que conocía y, al guiño de uno de sus rayos, brilló un colgante en el pecho de la fallecida; lo arrancó la no muerta con ansía de niña caprichosa y se lo ciñó al cuello en un gesto que no era sino memoria de la muchacha viva que fuese una vez. 

Deambuló después por el camposanto, ajena a cualquier culpa, un ánima de alba mortaja, un hermosísimo ángel apenas caído intuido entre el barro y la sangre

— Niña.

Volvió a regalarle Selene su cariño en forma de luz para revelar a sus ojos una figura de contornos femeninos ataviada en negro, velados sus rasgos.

— ¿Quién es tu Padre? ¿Tu Madre? 

No entendió la huérfana el requerimiento, mudando angustiado su rostro.

— Sola — susurró con ansía.

— ¿Cómo te llamas?

— Sola.

Chasqueó la lengua la criatura con forma de mujer. No obedeció el movimiento de la dama a leyes físicas mortales y, súbitamente, el colgante brilló entre sus dedos enguantados.

— “Laura” —, leyó aquella, reluciendo sus ojos en grana al destocarse frente a la maravillada chiquilla. Y la vampira que había conocido miles de noches susurró con calidez de Madre y certeza de Maestra a la recién nacida a las sombras —, ya no estás sola, Laura. Ven conmigo.

Dale a la ilustración si prefieres escuchar, siempre hay alguna variación respecto del texto

🎧🎙👇

Gracias por acompañarme desde el lunes, nos encontraremos muy pronto.

@PilarR1977

Avatar de Desconocido

About Galiana

Escritora, bloguera, podcaster, enamorada de todo lo que huele y sabe a Cultura
Esta entrada fue publicada en "...Y Cía", Cuentos de la medianoche, Pilar Rodríguez y etiquetada , , . Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario