Una cita con @GalianaRgm: «Estoy muerto»

Los tanatorios son lugares que frecuentamos de vez en cuando, nadie quiere estar allí.

Estoy muerto

Estoy muerto, todos mis sentidos me indican que es así y mi mente me lo ha corroborado. No hay marcha atrás, mi muerte es una realidad, será mejor que lo vaya asumiendo con cierta celeridad. Es mejor aceptar determinadas circunstancias para no llevarme a confusiones donde todo se enreda, ni que mi padre tenga que venir a echarme una mano al cuello. Siempre entendió que era su mejor manera de ayudarme.

En este momento escucho su voz ronca y autoritaria de costumbre con un tono que jamás antes había percibido. No para de decir que ninguna madre debería pasar por un trance como este, que es antinatural, que… bla, bla, bla.

Lo fácil que le ha resultado siempre poner a mamá por delante para ocultar sus errores, sus sentimientos, su falta de todo. Ella siempre ha estado en primera línea de batalla, defendiendo el fuerte mientras él se llevaba la gloria y el derecho a tener un lugar en el Olimpo, mientras ella…

A ella puedo verla deshecha por el llanto, rota por el dolor y a la vez impertérrita. Sentada en un rincón en silencio. Es de ese tipo de personas que llevan la procesión por dentro. Las lágrimas le ruedan por las mejillas entremezcladas con el rímel dibujando un camino que tratando de ser recto demuda en tortuoso por los baches del rostro.

Distingo la voz firme de mi padre simulando estar quebrada, hasta en esto tiene que impostar. Se acercan otras a susurrarle palabras que no puedo escuchar. Él dice que no molesten a mi madre, que ella prefiere estar sola. El tono se eleva, alcanzo a entender un “es comprensible”.

Comprensible. No sé qué quieren expresar con esa palabra, es todo tan extraordinariamente ridículo. Tanto como el aroma que aspiro de las flores que un desconocido me ha colocado entre las manos; jamás he tolerado estar cerca de ninguna, lo achacaba a una alergia inexistente para camuflar que nunca me gustaron, lo de las rosas siempre me resultó vulgar, todo el mundo las usa para cualquier cosa. Las que me han colocado son blancas, más insulsas e insustanciales no pueden ser.

Blancas son las caras de personas conocidas que me miran como si fuera un extraño, otros rostros jamás los he visto. Hay una mujer a la que recuerdo a la perfección, es más, en mi cabeza suenan proféticas sus palabras acerca de cómo llegaría al final del camino antes de tiempo si seguía andando en malos pasos.

Malos pasos, casi con toda seguridad toda esta caterva de hipócritas meapilas que se atreven a hacerle la pelota a mi padre mientras ignoran el sufrimiento de mi madre saben muy bien lo que son porque los dan a diario.

Ahora mismo creen que están haciendo lo correcto porque se dedican a ensalzar virtudes que nunca he tenido, tanto discurso fatuo sobre mí y mi persona tiene el mismo sabor que la mierda que he consumido en forma de pastillas, de inyectables, de polvo… durante años, esa que me ha llevado al interior de este féretro en el que me encuentro.

Galiana

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