En el bullicio del bar sus ojos se cruzan con los de ella. ¿Qué secretos esconden esas miradas furtivas? ¿Podrá su timidez resistir el magnetismo que los une? Mientras tanto, ella lo observa con curiosidad, ¿qué sorpresas le aguardan en ese encuentro improvisado?

El verdadero asombro está en seguir leyendo y descubrir lo que el destino tiene reservado para nuestros protagonistas.

Juegos de miradas

Hace apenas diez minutos que he llegado al bar de moda donde quedé en encontrarme con mis amigas y ya te he visto. No has sido difícil de ver, con tu aura de timidez que apenas logras disimular. Estás sentado en la mesa de al lado, con ese aire de quien prefiere pasar desapercibido pero tus ojos han traicionado tus intenciones.

Sé que me has notado desde que entré. ¿Mi nombre? Con toda probabilidad te lo hayas preguntado aunque dudo que te atrevas a averiguarlo en persona. ¿Cómo lo sé? Bueno, los gestos no mienten, y tu nerviosismo es casi palpable. Así que, por mera casualidad, dejo caer mi nombre de Instagram en la conversación con mis amigas, solo para darte alguna pista sobre mí. ¿Qué descubres? Que adoro pasar tiempo con mi perrita y que en este momento estoy disfrutando de mi soltería sin compromisos.

No transcurren ni dos segundos desde que menciono mi nombre en voz alta, y ya te veo con el teléfono en la mano, buscando mi perfil. Es curioso cómo funcionamos las mujeres, ¿no crees? Ni siquiera necesitamos hablar para tener a un hombre a nuestro alcance. Te animas a darle like a una foto mía con Luna, mi perrita, pero aún no te decides a presentarte y darme dos besos, o los que surjan. No te preocupes, no me ofenderé si te lanzas con más de dos.

Me da la impresión de que estarías dispuesto a hacer cualquier locura por mí. ¿Cuáles? Bueno, desde las típicas como escribirme poemas hasta las más extravagantes, como recorrer el mundo juntos en un viaje improvisado. Parece que estás un poco perdido, ¿verdad? No te culpo, esto de las relaciones modernas puede ser confuso.

Te observo de reojo mientras anotas algo en una servilleta, tal vez intentando planear una estrategia para acercarte. Y me doy cuenta de que eres un poco friki, ¿sabes? Si te atrevieras a preguntármelo, te diría que yo también lo soy. Pero ahí sigues, mirándome con discreción, ¿Igual esperas que yo tome la iniciativa?

Me estás enterneciendo, de verdad. Sé que serías como un perrito faldero, dispuesto a hacer todo lo que yo quisiera. Pero, cariño, mi corazón hay que conquistarlo y no todos lo hacen. Sin embargo tú tienes ese yo qué sé, ese qué sé yo, que me intriga.

Así que tomo la decisión de ser yo quien dé el primer paso. Si esperamos a que lo des tú…, estamos perdidos. Te miro, me levanto y me acerco a tu mesa. Y justo cuando ya estoy frente a ti, al final te decides a hablar.

— ¿Tienes un mapa?— dices con una sonrisa traviesa mientras pongo cara de extrañeza, concluyendo con: —Porque creo que me he perdido en tus ojos.

Entonces te miro y me rio, es la frase más ingeniosa y que menos me esperaba. Dos puntos más, tienes sentido del humor y sabes sorprender.

 En este momento me doy cuenta de que este encuentro no será uno más en la multitud.

Dale a la imagen para comprobar el resultado del juego.

👇👇👇

@yugm76